Justicia implacable y diligente

GALICIA

22 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un caso en el que la Fiscalía señala como presuntos delincuentes a 10 políticos, 18 funcionarios y técnicos de la Administración, 20 empresarios y otros 4 ciudadanos no es cualquier caso. Para todos ellos se pide la imputación en el marco de la operación Patos y es muy probable que la cifra todavía aumente, ya que faltan por conocerse los implicados en Santiago, Pontevedra, Ourense y Ponteareas. El escándalo, en apariencia, es mayúsculo. El supuesto amaño de adjudicaciones millonarias en concursos públicos y la aceptación de regalos (no hay favores inocuos, como demostraron los trajes de Camps), principalmente en el Concello de Vigo y la Diputación de Pontevedra, resulta sorprendente para cualquier observador que todavía mantenga la capacidad de sorpresa. Es decir, para quienes no están anestesiados, como le ocurre a buena parte de la sociedad española, con tanto caso de corrupción.

El caso Patos viene a demostrar que, tras pinchar la burbuja inmobiliaria, los pelotazos urbanísticos siguen siendo posibles construyendo campos de fútbol o creando pistas de hormigón sin parar.

Teniendo en cuenta que todavía no ha dimitido ningún cargo político, pese a la gravedad de los delitos que atribuye la policía a los implicados, y que aún queda mucha tela judicial que cortar, lo más aconsejable es pedir que no se demore mucho más en el tiempo la actuación judicial. Existen antecedentes cercanos en Galicia que mueven a la frustración. Que la justicia sea implacable, pero también diligente. Ya lo dijo Séneca unos años antes de que crucificasen a Cristo: «Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía».