Lanza un cóctel molotov contra un bar de Baltar tras discutir con su dueño

s. m.

OURENSE

Antonio Cortés

También disparó contra el local con una escopeta de balines. El asaltante se encuentra detenido 

25 ago 2015 . Actualizado a las 01:05 h.

La tranquilidad de la parrillada María Galiña, en Baltar, se tornó en angustia en la madrugada del domingo a consecuencia de un ataque con rifle de aire comprimido y un cóctel molotov contra el establecimiento. Los hechos acontecieron pasadas las dos de la madrugada del lunes, cuando un vecino del pueblo de origen portugués de 33 años, J.G.C., se plantó desafiante en el local. Pidió un chupito y luego una copas que quiso sacar al exterior del local. En ese momento, el camarero le recordó que no podía sacar consumiciones fuera. El cliente pasó entonces de la agresividad verbal a la física y arrojó una cerveza a la cara del hostelero. Su pareja y un amigo lo sacaron del establecimiento en ese instante para evitar males mayores, pero lo peor no había comenzado. Poco después, supuestamente tras armarse en casa (vive a escasa distancia del establecimiento) volvió con un rifle de aire comprimido y con un cóctel molotov. Al llegar al local empezó a disparar contra la puerta, fachada y primera planta de la edificación. De inmediato arrojó el artefacto incendiario, provocando un pequeño incendio en una sombrilla y en una mesa de la terraza del local.  El camarero, tras cerrar el restaurante, llamó a la Guardia Civil y a los bomberos. El instituto armado detener in situ al presunto agresor, que fue trasladado al calabozo de Xinzo. El detenido, imputado por dos delitos de amenazas y daños, quedó ayer en libertad con cargos y con una orden de alejamiento de 200 metros del establecimiento hostelero.

La responsable del local que sufrió el ataque, Susana Ramos, asegura que es un individuo que no es cliente habitual, «aunque le conocíamos, pero era evidente que esta persona venía ya muy alterada. Nunca nos había sucedido nada parecido».

Por su parte, el alcalde de Baltar, José Antonio Feijoo, califica lo sucedido de «feito absolutamente illado nunha vila tranquila».