El BNG pide el traspaso a Galicia de la AP-9, que Feijoo reclamó desde el 2009

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO DE COMPOSTELA

GALICIA

Registra un proyecto de ley para regular la transferencia de una infraestructura que genera cada día 320.000 euros en peajes

06 feb 2015 . Actualizado a las 14:37 h.

El grupo del Bloque Nacionalista Galego (BNG) registró este viernes en el Parlamento un proyecto de ley dirigido a canalizar el traspaso a Galicia de la Autopista del Atlántico, la AP-9, cuya titularidad corresponde al Ministerio de Fomento, si bien su explotación está en régimen de concesión en manos de Audasa, empresa controlada actualmente por el fondo de inversión estadounidense Citigroup. No es la primera vez que el debate sobre la transferencia a la Xunta de esta infraestructura, considerada la arteria vertebral de Galicia, fue puesto sobre la mesa. En enero del 2009, dos meses antes de acceder a la presidencia de la Xunta, fue el propio líder del PPdeG, Alberto Núñez Feijoo, quien registró en la Cámara gallega una iniciativa para pedir el traspaso a la Xunta no solo de la AP-9, sino también de los tres aeropuertos, aunque por entonces era el PSOE el que gobernaba en Madrid y en Madrid. Con todo, Feijoo reavivió el debate el año pasado, aunque Fomento lo cerró de inmediato impediendo el traspaso. Ahora es el BNG el que retoma la demanda para acabar, como dijo la diputada en el Congreso, Rosana Pérez, «coa política consentida por Fomento que incentiva a suba constante das peaxes». La tramitación que plantea el BNG para reclamar el traspaso consiste en un proyecto de ley que se discutirá en el Parlamento gallego, pero para remitirlo después al Congreso. Los nacionalistas consideran que el PP tiene ahora una oportunidad de «demostrar que a súa intención vai máis alá das palabras» para recuperar el control de una autopista que recauda cada día 320.000 euros en peajes, según el dato facilitado por la diputada Ana Pontón, y que desde el 1979 lleva generados ya 2.257 millones de euros, es decir, muy por encima de los 1.428 millones que el BNG estima que costó su construcción, mantenimiento y conservación.