El comisario de Empleo de la Unión Europea, László Andor, reconoció ayer al frente de las seis autonomías que acudieron a Bruselas que la avalancha inmigratoria ha tapado en los últimos años un problema que afecta ya a media Europa: la caída en el número de nacimientos y el envejecimiento de la población. La crisis, apuntó el comisario húngaro, ha acabado por quitar el velo poblacional al propiciar el retorno a sus países de muchos inmigrantes y una fuerte caída en nuevas llegadas, dejando al descubierto la imposibilidad que existe de relevo generacional en cada vez más zonas de la UE. En Galicia, en lugar de nacer 2,1 niños por mujer para garantizar su actual nivel de población, solo nacen en la actualidad 1,07. Únicamente Asturias, con 1,05 niños por mujer presenta un patrón peor, al margen de Canarias (1,04), comunidad que resuelve su futuro poblacional por la vía de la captación de nuevos residentes. No hay en todo caso peor escenario demográfico entre las 314 regiones europeas, incluidas las de ultramar, que el que presentan las tres comunidades españolas.
Galicia ha caído por debajo de las tasas de nacimientos de las áreas menos fértiles de Rumanía (Vest, Oltenia y Bucarest), Polonia (Opolskie), Hungría (Dél-Alföld, Nyugat-Dunántúl y Közép) e Italia (Cerdeña, Lucania y Molise). La comunidad gallega también ha dejado de atraer inmigrantes desde el año pasado, lo que sumado a su bajo índice de natalidad lleva a la Unión Europea a ubicarla en la zona de riesgo demográfico para la próxima década ya. Galicia ocupa el lugar 242 de 267 áreas europeas con peor perspectiva demográfica, hecho que el eurocomisario destacó ayer a la delegación española para que insistan en presionar a la próxima Comisión para que busquen soluciones a la crisis poblacional.