Compara a Galicia con otras comunidades para defender su labor, ante una oposición que le reprocha la subida del paro, la desaparición de las cajas y la corrupción que salpica al PPdeG
29 nov 2013 . Actualizado a las 10:53 h.«Este é un Goberno que está cumprindo». Así ve Feijoo el primer año de su segundo mandato, un período del cual la oposición, en cambio, destaca el «expolio do país», el «oscurantismo» y la «total ausencia de gestión». Choque de trenes.
No estaba ayer el presidente de la Xunta muy por la labor de hacer balance de sus últimos 12 meses en Monte Pío. Así que, acabada la reunión semanal de su Gabinete, cuando en rueda de prensa se le instó a ello, aplazó la exposición para mejor momento «porque paga a pena». Se limitó a defender que su equipo hace lo que prometió. Y a sostener algo así como que en Galicia los desastres de España son solo penas. «Temos -proclamó- menos recesión económica e menos paro que o resto das comunidades».
Luego salió el Feijoo contable, aquel de la primera legislatura, y esgrimió unos datos que minutos antes acababa de presentar a los medios de comunicación. De acuerdo con dicho informe, el cual no alude al incremento de la deuda pública, la Administración fue capaz de reducir un 31 % su nivel de déficit de enero a septiembre, en comparación con el 2012. En ese mismo intervalo, además, el porcentaje de pagos realizados sobre el total de obligaciones contraídas ascendió hasta los 96 puntos y el volumen de ejecución presupuestaria en el campo de las inversiones se disparó hasta el 60 %, frente a un promedio del 45 en las demás autonomías.
Todo ello sirvió al mandatario popular para concluir: «O documento ven a confirmar que Galicia executa os seus orzamentos e paga mellor que o resto. [...] Fai ese difícil equilibrio de cumprir co obxectivo de déficit sen deixar de investir».
Pero donde el Gobierno pinta blanco, la oposición pinta negro. «Si algo hay que destacar en el último año es la ausencia de gestión y de decisiones estratégicas», remarca el portavoz del PSdeG, José Luis Méndez Romeu, quien sostiene que el presidente vive instalado en la «irrealidad», alejado de los grandes problemas, pero dejando su sello en «todos los fracasos como país».
Su aseveración al por mayor la ilustra con ejemplos al detalle. Responsabiliza a Feijoo de la «desaparición» de las cajas de ahorros; del desempleo, dice que está «fuera de control»; en el ámbito industrial, le achaca al líder del PPdeG dejar el sector eólico «destrozado», el naval «paralizado» y el Igape «desaparecido». Y todo ello lo adereza Méndez con los tintes dramáticos de la «destrucción de los servicios públicos» y el auge del «oscurantismo», pues remarca que si algo quedó claro en este último año es que «Feijoo no tiene intención de entregar la documentación que le reclama el Parlamento ni de asumir responsabilidad por los casos de corrupción del PP».
El grupo de Alternativa Galega de Esquerda sostiene que en este primer cuarto de legislatura Feijoo mantiene la línea de la anterior. «Continúa coas súas políticas agresivas e de recortes contra a cidadanía, que están acabando cos sectores produtivos e logrando cifras de desemprego masivo», recrimina la viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz. Objeta que, frente a esas decisiones que juzga lesivas para los ciudadanos, el Ejecutivo del Partido Popular «aposta polas grandes empresas e o espolio ao país». «Lonxe de actuar para resolver os problemas do país, as súas decisións provocan dor na xente», denuncia Yolanda Díaz.
El portavoz nacional del BNG, Xavier Vence, tacha de «fracaso absoluto» este arranque del segundo mandato de Feijoo. Repasa cifras que «deixan en evidencia a propaganda oficial»: 34.000 afiliados menos a la Seguridad Social y 108.000 parados más. «É o ano do paro, dos recortes sociais, da estafa das preferentes e da perda do sistema financeiro galego coa entrega de NCG». Vence añade que «pese aos sacrificios impostos polo PP a unha cidadanía cada vez máis empobrecida, a débeda pública medrou un 24 % só no último ano». En cuanto al plano político, apunta al «financiamento ilegal que afecta de cheo ao PP galego» y a las «relacións indignas do presidente da Xunta co narcotraficante Marcial Dorado».