Al final de los 50, cuando Galicia empezaba a inundarse de receptores de radio y planchas eléctricas, se hizo popular un anuncio publicitario que decía: «Philips. Mejores no hay» Y eso es lo que pensé yo de Feijoo y su Gobierno cuando me puse a analizar los datos de la encuesta de Sondaxe que hoy publicamos. Es lo que yo pensé, repito, y es lo que debe pensar Feijoo de sí mismo al mirarse al espejo, porque ni siquiera los recortes y los escraches preferentistas lo apean del pedestal.
En medio de la crisis, contextualizado por las políticas de ajuste, el paro, la caída de los servicios, la indignación de los científicos y académicos, la Pokémon y Bárcenas, y con su partido atascado en la crisis catalana, Núñez Feijoo sigue imbatible en valoración, votos y escaños. Y, lo que es más importante, en modo alguno deja asomar, ni siquiera en un lejano horizonte, una alternativa creíble.
Su valoración personal (4,99), que supera claramente al inédito Besteiro (4,16), ensombrece como un eclipse al indignado Beiras (3,88), al eterno Jorquera (3,82), y al desconocido Noriega (3,81). Y la nota otorgada a su Gobierno (4,32) hace palidecer a las dispersas oposiciones desplegadas por el PSOE (3,11), AGE (2,92) y BNG (2,91).
Los gallegos saben que la economía del país va mal o muy mal (70 %), que está peor que hace un año, y que el año que viene estará peor que este. Y la misma idea tienen de la situación política, que es mala o muy mala para el 65,5 % de los votantes, y que solo un 18,8 %, un tercio de los votantes del PP, consideran buena o muy buena. Pero si ahora hubiese elecciones autonómicas Núñez Feijoo volvería a gobernar con mayoría absoluta (38 escaños), mientras la oposición (PSOE, 16; AGE, 13, y BNG, 8) se haría cualitativamente más fragmentada, peligrosamente descentrada hacia el nihilismo indignado, y con muy escasas posibilidades de gobernar.
Conclusión urgente y para andar por casa: los del PP parecen bastante malos. Pero, como las planchas y radios Philips, ¡Mejores no hay!