Casa con alquiler cero en Arteixo

Susana Acosta
Susana Acosta ARTEIXO / LA VOZ

GALICIA

Logran que les cedan pisos si asumen los gastos de mantenimiento

26 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El piso donde reside Mónica en Arteixo tiene dos habitaciones, comedor, salón, cocina y dos cuartos de baño. Supera las dimensiones de un pequeño apartamento y podría vivir perfectamente una familia. Pero la peculiaridad de este inmueble no reside en sus características, lo mejor de todo es que no paga ni un euro por vivir en él. Hace algo más de un mes que firmó con la propietaria un contrato de cesión del piso, una modalidad que con los tiempos que corren supone una auténtica revolución. A cambio, Mónica Montero se compromete a pagar las gastos como las facturas de la luz, agua, teléfono e Internet. También la comunidad, la tasa de la basura y el alcantarillado, al igual que la contribución catastral. Ha firmado hacerse cargo de la reparación del parqué y se comprometió a eliminar todos los muebles y electrodomésticos inservibles que había en la vivienda. Todo con el fin de que mantenga el piso en óptimas condiciones, y que intente llevar una convivencia respetuosa y cordial con el resto de los habitantes del edificio. Algo que visto lo impoluto que tiene la casa, no le será difícil cumplir: «Son un pouco especial para iso», reconoce.

Podrá vivir en el inmueble hasta cinco años, pero la propietaria se reserva el derecho a ponerlo en venta y si lo necesita «por motivos xustificados». Será entonces cuando deberá abandonarlo, pero siempre a partir del segundo año. Eso sí, dándole tiempo suficiente para encontrar nueva vivienda.

En la cara de esta antropóloga en paro hay algo más que tranquilidad por tener un techo más que digno. Quizás el reconfortante sentimiento de que todavía hay gente capaz de ayudar al vecino sin sacar rédito por ello. La idea surgió hace unos meses en la Asamblea Aberta de Arteixo, cuando decidieron cultivar una finca comunitaria y comenzaron a trabajar los montes: «Se funcionaron as leiras, ¿por que non probar coas casas?», dijo.

A Elisa García, una de las integrantes de la asamblea, le ofrecieron un piso a través de una conocida. Lleva cerca de tres años en paro y tuvo que malvender su casa para saldar la hipoteca y quedarse sin deudas. Es arquitecta técnica y el ladrillo está como está, así que cuando le ofrecieron un piso a cambio de mantenerlo habitable, en buenas condiciones y de pagar los gastos, vio el cielo abierto: «Si me lo cuidas y me pagas los gastos, no te voy a cobrar nada», le dijo su casera. A raíz del éxito de su compañera, Mónica se animó y puso un anuncio en Facebook. Contactó con ella la que es su casera, y hasta hoy. La iniciativa ha tenido tanto éxito que ya tienen una casa en Crecente, en Pontevedra, con finca. Según cuenta Montero, solo por limpiar la finca la propietaria gasta 400 euros al año. Así que está encantada con la iniciativa: «Hai moita vivenda valeira, que produce gastos e a xente está na rúa», explicó. Cuentan ya con varios aspirantes para este inmueble. Una de ellas es una mujer embarazada que también está en paro. Además, están negociando con los propietarios otras dos casas que todavía no han visto. Sobre los contratos que firman, Montero explica que son totalmente legales porque cuentan con un asesor inmobiliario.

Un eslabón esencial en toda esta cadena de solidaridad es Sandra Albertos Figueroa, que tiene una droguería familiar en Arteixo y les fía materiales de construcción y limpieza para que vayan arreglando el inmueble: «Doulles crédito e van pagando como poden», reconoce. El siguiente paso es la creación de una asociación. No quieren limosna pero sí ayudar a la gente: «Isto tamén é unha forma de facer política. Pero da boa», puntualizan mientras cierran la puerta del nuevo hogar.

«Hai moita vivenda baleira que produce gastos e a xente está na rúa»