Un pontevedrés asume catorce años y medio por violar a una septuagenaria
GALICIA
La víctima tuvo que esperar más de cinco años hasta que la Policía Nacional esclareciese lo ocurrido y arrestase al sospechoso
07 nov 2012 . Actualizado a las 04:00 h.Eran la siete de la mañana del 20 de mayo del 2006 cuando una septuagenaria pontevedresa comenzó a vivir una pesadilla de la que, seis años más tarde, aún arrastra secuelas. Esa mañana, Francisco Javier Vilas Acuña accedió a la vivienda de esta mujer en la parroquia de Lourizán con la aparente intención de consumar un robo. Sin embargo, una vez dentro de la casa, Vilas Acuña agredió, robó y violó a la víctima, que por aquel entonces tenía 72 años.
La pontevedresa tuvo que esperar más de cinco años hasta que la Policía Nacional esclareciese lo ocurrido y arrestase al sospechoso. Fueron las pruebas recabadas en el escenario de otro robo las que les sirvieron para cotejar con los restos biológicos recogidos en el escenario de la agresión sexual y, al mismo tiempo, los condujeron hasta la persona que ayer se sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Pontevedra. Fue una vista breve, en la que al fiscal jefe Juan Carlos Aladro le bastó con escuchar la confesión de Vilas Acuña. Reconoció todos los hechos, si bien negó que hubiese empleado una navaja para intimidar a la mujer, que no tuvo que pasar por el calvario de revivir ante los magistrados los padecimientos sufridos.
El acusado asumió una pena de doce años de prisión por la violación, dos años por el robo con violencia y seis meses por las lesiones sufridas por la septuagenaria. «La defensa, ante el reconocimiento de hechos absoluto de su cliente, se ha aquietado al criterio del fiscal», resaltó Juan Carlos Aladro. El fiscal jefe accedió a aplicar una circunstancia atenuante de drogadicción, que se compensó con una agravante de reincidencia.
Además de la condena de cárcel, el procesado aceptó una prohibición de acercamiento o comunicación con la víctima por un período de 39 años. En cuanto a la responsabilidad civil, las indemnizaciones fijadas ascienden a 30.000 euros por daño moral, 1.793 euros por las secuelas, 1.262 euros por los días de curación, 650 euros por las joyas sustraídas y 400 euros por el dinero robado.