La alternativa al PP se torna tripartita

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El frente contra el PP saldrá de las citas del 11 de marzo y lo que aporte Beiras

19 feb 2012 . Actualizado a las 20:37 h.

Seis años tardó la izquierda gallega en desalojar a Fernández Albor de la Xunta y tuvo que emplear más del doble, hasta quince, en construir una alternativa capaz de derribar a Fraga en las urnas. En el primer caso, el concurso de fuerzas fue tripartito; en el segundo, bipartito. Y Núñez Feijoo, privado de la condescendencia social que acompañó a los pioneros del autonomismo y que no tendrá jamás la abundancia de recursos de que gozó Fraga, sabe que para darle al PP un ciclo largo en San Caetano lo mejor que puede hacer es no molestar más de la cuenta y observar como su oposición se debilita y se torna otra vez tripartita.

Los populares, como es de esperar, están encantados con que las cosas sean así. Lo dio a entender Pedro Puy, su portavoz parlamentario, al valorar la ruptura del BNG en estos términos: «Agora a alternativa xa non sería un bipartito, senón un tripartito ou un cuatripartito».

El ruido creado en torno a los procesos orgánicos de nacionalistas y socialistas le están dando a la Xunta la oportunidad de impulsar las reformas más drásticas de la legislatura. Se está viendo estos días con los empleados públicos. Y más que vendrá, porque lo que se autoimpone el Gobierno es congelar ayudas, retrasar obras o recortar prestaciones debido a que en los Presupostos del 2012 no está descontada siquiera la nueva recesión que España oficializará en breve.

«Vai ser o presidente co que cada día vivan peor os galegos», le decía esta semana Pachi Vázquez a Feijoo en el Parlamento. La imagen es acertada en este momento, aunque viendo lo que ocurre en la oposición, el jefe del Ejecutivo puede pasar de liderar el mayor declive de Galicia en democracia a protagonizar después la recuperación. Porque da la impresión que van a tener más dificultades para prolongar su ciclo político los líderes del PSdeG y el BNG que el propio Feijoo.

De hecho, a Pachi Vázquez todavía le aguarda dentro de tres semanas un congreso difícil, al que llegará con una fuerte contestación interna materializada en las bofetadas a su gestión que le dieron agrupaciones como Vigo, Pontevedra, Vilagarcía, O Porriño, Fene o Arzúa, en lo que parece la creación del un frente que intenta promover como líder del PSdeG a otra persona.

En paralelo al cónclave socialista, Máis Galiza decidirá si también se escinde del BNG siguiendo los pasos de colectivos como el Encontro Irmandiño de Beiras, aunque lo más relevante puede ser el comprobar como la corriente que lidera Carlos Aymerich está ya escindida en sí misma entre quienes optan por seguir en el Bloque o por marcharse.

En el grupo de los unionistas se sitúan el propio Aymerich, algunos alcaldes o veteranos dirigentes como Camilo Nogueira, que podrían reposicionarse internamente y sacar alguna ventaja de la necesidad que tiene ahora la UPG de trasladar la impresión de que el Bloque sigue siendo un frente plural. Entre los separatistas se situaría entre el 70 y el 90 %, según quien aporte las cifras, de los miembros de Máis Galiza, conscientes que dentro del BNG solo les aguarda el futuro que esté dispuesto a escribir la UPG.

La alternativa a Feijoo no despuntará hasta los procesos que concluirán el 11 de marzo. Lo único que ahora parece claro es que, como dijo Puy, el polo opuesto al PP va a ser un tripartito de PSdeG, BNG y lo que sea capaz de aglutinar Beiras, siempre que no sucumba en la barrera del 5 % del voto que se exige para entrar en O Hórreo.

El ruido interno del BNG y el PSOE le permiten a la Xunta impulsar sus reformas

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