El servicio de autobuses creado en el 2006 como alternativa al uso del coche propio en desplazamientos nocturnos del fin de semana hacia zonas de marcha estratégicas en Galicia llegó a alcanzar cotas de 413.073 billetes despachados, como ocurrió en el 2009, año en el que llegaron a estar operativas 255 rutas de noitebús. Sobre todo en épocas clave, como es el verano y otras épocas festivas, el servicio fue muy demandado. Llegó a haber medias de casi 41 usuarios por línea, aunque hay que tener en cuenta la diferencia entre lugares de movida.
En la provincia de Ourense, por ejemplo, desde algunas empresas del sector apuntaban estos días que es comprensible que otras compañías mantengan rutas en zonas de la provincia de A Coruña «porque aí vai moita xente», pero que, en ciertos casos, para ellos no es rentable. Aunque, como siempre, hay excepciones y en otros puntos admitían que las protestas de los jóvenes estaban muy presentes: «Estábanse levando a unhas corenta persoas cada sábado. O Concello quedou de axudarlles», explican, por ejemplo, para la ruta que cubría el recorrido Pontedeva-A Cañiza.
El programa de transporte nocturno «cuxo obxectivo é ofrecer unha alternativa de transporte a lugares e en datas e horarios preferentemente vinculados ao goce do tempo de lecer», dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, tal y como se define en la página web de la Xunta, comenzó con nueve líneas experimentales y, a partir de ahí, desde el 2006 hasta el 2010, fue reorganizándose. Fue un proyecto piloto que cuajó y que se creó «dentro da firme aposta pola seguridade viaria e a redución da sinistralidade nas estradas». En el año que acaba de terminar, el mapa sufrió ya varios reajustes, con la eliminación de las rutas menos demandadas. Hasta que, el 31 de diciembre, se dejó de facilitar finalmente la ayuda pública de la Xunta.
De lo que fue a lo que es
Después de la retirada de esa subvención, las empresas que prestaban el servicio han de tantear ahora el terreno. Algunas ya lo han desestimado e incluso lo califican ya de «inviable», pero otras probarán durante un tiempo. No obstante, la reorganización del mapa gallego en esa materia es más que palpable. Según los datos obtenidos estos días, la situación es la siguiente: de las 94 rutas que había en la provincia de A Coruña, ahora quedarán unas 30; de las 46 de Lugo, sobrevivirían unas 11; de las 25 de la provincia ourensana, parece que seguirán unas 5; mientras que en Pontevedra se pasará, previsiblemente, de 30 a solo 4.
A pesar de eso, los jóvenes valoran bien la continuidad del servicio, que mantiene la seguridad aunque sea menos económico, y esperan que se eliminen problemas como la sobrecarga de gente o el colapso de rutas hacia algunos puntos.