Interceptan en Lavacolla un paquete con tres crías de caimán

GALICIA

Solo dos sobrevivieron a una travesía de más de seis días en condiciones deplorables, metidas en fiambreras enviadas desde México a un ferrolano

23 may 2009 . Actualizado a las 14:36 h.

-Manolo, que en ese paquete hay alguien.

-¡Qué va a haber!

-Que sí, que hace ruido; aquí hay bichos o algo.

Más o menos, esa podría ser la conversación que debieron de tener el pasado jueves los empleados del aeropuerto de Lavacolla que gestionan el transporte de mercancías por vía aérea. Efectivamente, del interior de uno de los paquetes del día, procedente de México y con destino Ferrol, salían extraños ruidos. Lo que menos se imaginaban es que se iban a encontrar con tres crías de caimán, facturadas para España en tres miserables fiambreras de plástico.

Una llegó cadáver, pero las otras dos, después de una odisea trasatlántica que se inició en el país americano el pasado día 13, sobrevivieron a unas condiciones que la Guardia Civil, que tomó cartas en el asunto, no dudó en calificar de «deplorables». Eso sí, la supervivencia de dos de las tres crías dice mucho de la fortaleza de estos reptiles.

¿Y qué hizo la Guardia Civil? Dejar que el paquete -sin el contenido- siguiera su curso, pero en total colaboración y coordinación con la autoridad aduanera provincial. Así es como consiguieron dar con el destinatario, que se enfrenta ahora a cargos por contrabando. Las tres pequeñas criaturas habían sido metidas cada una en una fiambrera. Para respirar, «unos pocos orificios en la tapa», narra la Guardia Civil en su informe, y cinta adhesiva para mantenerlos a buen recaudo. Y las tres fiambreras embaladas, a su vez, en otro plástico. Y, así, desde el día 13, en avión, procedentes de México y con destino Lavacolla. El envío carecía de cualquier documentación que avalara su comercio y transporte. Así que, al tratarse de una especie protegida por el convenio CITES, los guardias se incautaron de los supervivientes, empapelaron al destinatario y se deshicieron del cadáver del pequeño reptil que murió de agobio.

Ahora, los dos caimancitos salen adelante con la ayuda del personal del Centro de Recuperación de Fauna y Flora de Oleiros. Cuando sean mayores podrían llegar a medir -según la especie a la que pertenezcan, circunstancia no precisada por la Guardia Civil- desde metro y medio hasta cuatro metros y medio de largo.

Y uno se pregunta: ¿dónde metería alguien de Ferrol cuatro metros y medio de reptil? Habría que preguntárselo al destinatario. Hay leyendas urbanas sobre gigantescos caimanes blancos que campan sin rumbo por las alcantarillas de Nueva York, después de que su tamaño los hiciese incompatibles con la vida en un modesto terrario de un apartamento en Manhattan. Son, en cualquier caso, leyendas urbanas, aunque la alcantarilla, vía taza del váter, sea muchas veces un destino cierto para un simpático animalito que deja de serlo según va ganando peso.

CITES son las siglas en inglés del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje Amenazadas. Se firmó en 1973 y su objetivo es que la supervivencia de los animales en su medio natural no se vea amenazada por el comercio internacional. Y ahí se incluye que a alguien se le ocurra traer caimanes desde México a Ferrol en tres tristes fiambreras, como si fueran croquetas para llevar.