Oviedo quiere dar el estirón

GALICIA

La coqueta capital del Principado, tras agotar sus recursos de suelo urbano, debate si debe crecer en altura o mantener la torre de la catedral como límite de su «skyline»

25 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

En uno de los varios folletos turísticos que pueden recogerse en el mostrador de un hotel, una asociación de hostelería promociona la ciudad con dos de las decenas de estatuas que pueblan Oviedo: La Regenta y Woody Allen. No está mal. Ambos personajes podrían resumir lo que es hoy la capital de Asturias, donde se mantiene visiblemente el espíritu recogido en la celebérrima novela de Clarín, pero donde se aprecia igualmente el pulso de la modernidad, estimulado en alguna medida por la dimensión mediática que personajes como Fernando Alonso, la princesa Letizia o el propio Woody Allen le han aportado a la ciudad.

Oviedo lleva años buscando espacio y desarrollando una estrategia de estrangulamiento del tráfico que libere de coches y de ruido el centro de la ciudad. Las restricciones han afectado incluso a la emblemática calle Uría, que parcialmente está solo disponible para el transporte público. El centro ha quedado notablemente peatonalizado y apoyado en una notable red de aparcamientos subterráneos destinada a estimular al conductor para que no se meta en el centro.

Ganar espacio

Operaciones urbanísticas como el gigantesco enlosado sobre la estación del tren, el próximo a inaugurar en los talleres de Renfe o el traslado del campo de fútbol Carlos Tartiere, donde ahora se levanta el descomunal Palacio de Congresos de Santiago Calatrava, muestran los denodados esfuerzos por ganar espacio público en una ciudad constreñida por montañas. El reto es mantener el crecimiento demográfico que ha elevado el censo de la ciudad hasta los 216.067 habitantes y, lo que es más importante, a un ritmo que es justamente el doble que el de Gijón.

La idea del Gobierno que dirige Gabino de Lorenzo (PP, en la alcaldía desde 1991) es levantar el listón y permitir la construcción de edificios por encima de los 25 metros. Pero no todo el mundo lo ve tan claro y la referencia de la torre de la catedral como centinela de la línea del cielo ovetense es una idea fuertemente asentada entre muchos de sus ciudadanos.

El parón de la construcción ha aflojado la presión del debate mientras la ciudad se expande por la periferia en nuevos barrios como La Florida o La Corredoria, que han ampliado el perímetro de Oviedo, con una intensa construcción de vivienda protegida que ha favorecido el crecimiento del censo.

La nueva ciudad no ha perturbado lo mejor de la vieja, recuperada en su espléndido casco antiguo, y por donde todavía pasean ciudadanos con sombrero o encopetadas señoras que toman con parsimonia el café con leche en la cafetería, perfectamente asimilables por el espíritu decimonónico de La Regenta , pobladores de la ciudad que un día fascinó al propio Woody Allen.