Un fallo en el temporizador evitó que explotara la bomba de Nigrán

GALICIA

El artefacto estaba programado para activarse en la madrugada del 23 La Guardia Civil busca en Valença y Tui el local donde fue comprada la olla a presión

04 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

La bomba fue hallada por un obrero en el piso superior de uno de los chalés, advirtiendo de su peligrosidad Un fallo en el temporizador evitó que la olla bomba que apareció el pasado día 23 de marzo en un chalé en construcción de la parroquia de A Ramallosa (Nigrán) llegara a explosionar. Así se desprende de los avances de las investigaciones que desde entonces realizan las fuerzas de seguridad, a la espera del análisis de los restos del artefacto que se está realizando en los laboratorios de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid. El temporizador, un reloj conectado al interior de la olla a presión que guardaba el dispositivo y el detonador, estaba programado para activar la bomba, preparada para explotar en la madrugada del viernes, horas antes de que al final fuese encontrada por obreros que trabajaban en la urbanización atacada. Los datos recogidos hasta ahora apuntan a que un error en el mecanismo abortó la deflagración hasta que los agentes del Tedax procedieron a su detonación controlada el mismo día por la tarde. Componentes El examen de las partículas, que quedaron esparcidas en la finca de la casa en la que fue encontrado el artefacto, determinan que el clorato potásico, mezclado con azufre, fue el componente principal del sistema utilizado en la bomba, al que se sumó el propio aluminio de la olla, oculta en una bolsa de basura y sobre la que se había colocado un cartel impreso advirtiendo en gallego de su existencia y del peligro que entrañaba. La Guardia Civil investiga además la procedencia de la olla a presión, de marca portuguesa. De hecho, ya han realizado varias inspecciones en establecimientos comerciales de la zona fronteriza, como Valença do Minho y Tui, para intentar ubicar dónde fue adquirida la tartera y tener la posibilidad de acercarse más a los posibles autores del fallido atentado. El artefacto se colocó en la segunda planta de una de las cinco viviendas en construcción de la zona conocida como Alto do Mallón. Un obrero de origen portugués de la empresa Cantería Ricardo Miniño encontró por casualidad el objeto hacia las doce del mediodía, cuando se disponía a colocar un revestimiento de piedra dentro de la estancia, y ante el hallazgo decidió alertar a la Guardia Civil. Detonación controlada Los técnicos especialistas en desactivación de explosivos (Tedax), ayudados por perros adiestrados, certificaron que no se trataba de una falsa alarma, por lo que procedieron a su detonación controlada. Para ello, sacaron el artefacto por la ventana y lo enterraron parcialmente en un terreno anexo a la vivienda. La explosión produjo un gran estruendo y la onda expansiva se oyó a más de un kilómetro a la redonda. Las fuerzas de seguridad mantienen abiertas todas las hipótesis en torno a este suceso que ha escrito un nuevo capítulo en la historia reciente del municipio nigranés, marcada en los últimos años por la polémica urbanística. Los chalés objeto del anónimo ataque habían sido denunciados por un vecino de Nigrán, que consiguió que el ayuntamiento ordenara el derribo de un muro de contención irregular, y paralizase tres de las cinco viviendas. En la actualidad sólo una sigue parada, mientras otras dos ya cuentan con licencia y el resto la está tramitando. Las denuncias presentadas hacían referencia a la supuesta vulneración del paisaje por un exceso de volumen. Hasta el momento, la constructora y el entramado de sociedades del que la firma forma parte han negado cualquier valoración de los hechos o comentarios sobre supuestas amenazas.