La iglesia de la discordia

La Voz MARÍA CUADRADO

GALICIA

Un particular, que alega derechos sobre la iglesia de Aranza (Baralla), le cambió la cerradura

08 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

EL río Neira se muestra indiferente. Sus aguas bañan la finca donde se construyó la iglesia parroquial de Aranza, en Baralla, un templo del siglo XVIII, de la misma antigüedad que el pazo situado a escasos metros. En los últimos meses la titularidad de la iglesia ha enfrentado a gran parte de los vecinos con el dueño del pazo, quien, para demostrar quien manda, cambió la cerradura de la única puerta. De esta forma, Álvaro Santaló y Osorio de Alvaredo se aseguraba tener total disposición sobre el templo. Por este motivo, el señorito de Aranza, como le conocen los parroquianos, fue denunciado el pasado septiembre. A los vecinos, que hasta el momento se ocupaban de limpiar y de renovar las flores, les molestó el cambio. Meses antes cada familia había aportado 240 euros para cofinanciar, junto con el Concello y el Obispado de Lugo, la reparación exterior de la iglesia. En nombre de la diócesis el administrador parroquial, Javier Diéguez, le denunció por ocupación de un bien, ya que la iglesia figura como propiedad parroquial. No le importó. En este tiempo, el propietario del pazo introdujo un banco para uso de su familia y un confesionario para, en diciembre, volver a cambiar la cerradura y pintar la puerta de verde, el mismo color que luce el portón del pazo. Fue entonces cuando el administrador registró la segunda denuncia ante la Guardia Civil. La diócesis cifraba en 2.000 euros los daños ocasionados. Las diferencias entre ambas partes se remontan a hace 12 años, cuando litigaron por el camino que separa el templo del pazo. Hoy está reconocido como público. Pendientes de la Justicia, los vecinos siguen acudiendo a misa domingos alternos. Se encuentran la puerta abierta. Para entierros o aniversarios es necesario, como antaño, recurrir al guardián de la única llave. Ayer no abrió a este diario la puerta del pazo cuyo escudo cubre un plástico negro.