El preso que dejó el infierno egipcio

GALICIA

El vigués Juan José González Beltrán ingresó ayer en una cárcel de Madrid tras 16 años en un penal de El Cairo. Era el español que más tiempo llevaba preso en el extranjero

12 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

«No sé en qué condiciones vengo», confesaba ayer el vigués Juan José González Beltrán, de 43 años, desde la cárcel de Valdemoro. El preso español más antiguo en una prisión extranjera pisó ayer territorio ibérico tras permanecer 16 años en una penitenciaría de Egipto por un delito de tráfico de drogas. A media tarde, el preso telefoneó desde el penal madrileño a Carmen Mijares, la madre de su amigo vigués, ya fallecido, que fue detenido junto a él en la aduana de El Cairo el 10 de abril de 1988. Al parecer, ocultaban en el doble fondo de una maleta cuatro kilos de heroína que compraron por un millón de pesetas. Jose fue condenado a muerte y luego su pena conmutada por cadena perpetua, un castigo que no existe en España. Su madre, Carmen Beltrán, afirmaba ayer desde Vigo su alegría. Hace dos semanas que sabía la noticia. «Es lo que siempre pedí. Ahora, sólo falta que lo traigan aquí, a ser posible a Vigo. ¿Qué cómo está él? Pues contento. El problema era antes, cuando él no tenía dinero y pasaba necesidad en la cárcel», comentaba. Juan José González, que durante su presidio estudió Psicología y Derecho, mostraba ayer ante las cámaras el signo de la victoria a su llegada a Barajas. Pero detrás de su sonrisa ocultaba serias dudas por su estado físico y, sobre todo, por su futuro, en manos de la Audiencia Nacional. Así lo comentaba ayer a La Voz su interlocutora Mijares, la portavoz de Madro, una asociación de ayuda al toxicómano que luchó por su traslado a España. En el aeropuerto de Barajas, Jose se había cruzado con el ministro de Justicia pero, al parecer, éste no le clarificó su futuro. Una de las claves la tiene la abogada y profesora de la UNED María José Cabezudo. Ayer acudió a las seis y media de la mañana a Barajas para reunirse con Jose, pero la policía sólo dejó acceder unos minutos a cinco miembros de la Fundación Ramón Ruibal, que presta atención a los 1.529 presos y detenidos españoles en el extranjero. Cabezudo realizó en estos últimos siete años gestiones para repatriar al decano de los presos en el extranjero. Además, recogió firmas y presentó el libro de poesía Piedras, mar... y afán de palabras, escrito por el reo. La letrada también se entrevistó con el político Peces Barba para lograr ablandar a Egipto por la vía diplomática y como acto humanitario. «Él dijo ayer que necesitaba una revisión médica. Pidió que avisasen a su novia. Estaba preocupado porque no sabía en qué centro penitenciario iba a ingresar», afirma la jurista. La abogada tiene la impresión de que Jose ha llegado con mejor aspecto. «Lo vi muy sereno. Estaba contento pero venía desorientado», afirma. Según la letrada, el preso vigués quiere hacerse una revisión médica porque desconoce su estado de salud. Durante su cautiverio perdió mucha visión. Ahora usa gafas, tiene problemas de oído, muestra un palpable deterioro físico y padece hepatitis. Desde 1993, existía un convenio de repatriación, pero El Cairo lo denegaba de forma abitraria porque considera que el tráfico de drogas es una alteración del orden público. La especialista legal explica que todavía se desconoce el tiempo de condena que Jose deberá cumplir en España, cuya pena máxima es de 20 años. Por ello, Egipto deberá concretar el número de años a los que equivale su cadena perpetua y luego España le restará los 16 ya superados. «Aún no se sabe cuántos años deberá estar en prisión», dice la letrada. Quizás tres o menos.En unos meses, este trámite debería ser resuelto. La junta del penal de Valdemoro también deberá acordar si la condena la cumple en primer o segundo grado. También ignoran cuándo podrá ingresar en la cárcel gallega de A Lama.