Lanchas de vigilancia inglesas e irlandesas han estrechado sus controles contra la flota de la comunidad autónoma Patrulleras británicas han apresado dos pesqueros gallegos, uno con base en A Coruña y el otro en Marín, sin que, por el momento, las armadoras sepan de qué se les acusa. Las autoridades del Reino Unido e Irlanda han vuelto a la carga al intensificar las inspecciones, tanto de capturas como de la documentación de los buques, contra la flota de la comunidad gallega que faena en esas aguas.
11 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.El gransoleiro White Sands , con base en el puerto de A Coruña, lleva diez días apresado en el puerto de Milford. Sus capturas se estropearon después de estar tres días en tierra sin subastarse. Según el representante de la asociación Gales y Costa Oeste, Antón González, los inspectores ingleses se hicieron con un libro «propiedad de uno de los patrones», una especie de diario que escribe desde hace muchos años, «pero que no tenía nada que ver con el pesquero». Incluso, asegura González, en la libreta aparecen datos de mareas realizadas en otros barcos. Sin embargo, el Ministerio de Pesca británico hizo uso de ese documento para inculpar al barco, al armador, y a los dos patrones. El pasado viernes se inició el juicio, pero las autoridades lo pospusieron para poder traducir el libro. Mientras, la casa armadora del White Sands desconoce los cargos que se le imputa. Además, ayer fue apresado el Breidon Mallar , con base en Marín. Este barco está siendo escoltado al puerto de Plymouth. Las dos patrulleras inglesas que apresaron a los dos buques acosan desde hace días con sus controles a otros barcos gallegos con pabellón extranjero. El Ciudad de Valverde , el Boltby , el Sufolk Endeavour , todos ellos coruñeses, fueron sometidos a intensas inspecciones. El jueves tuvo que pasar el control el Benchour , un gransoleiro que se encontraba a unas 27 horas del puerto de A Coruña, a donde se dirige para vender sus capturas. En busca de merluza Según Antón González, los inspectores ingleses buscan cualquier tipo de irregularidad para poder sancionar a los barcos, «pero sobre todo les interesa la merluza capturada». Su desconfianza es tal que si el pesquero tuvo una mala marea o se dedica a la captura de cigala, «como en esta época es el caso de la mayoría de los gransoleiros gallegos», y lleva poca merluza a bordo, creen que existen «bodegas encubiertas. Piensan que los gallegos les estamos toreando», asegura. Pero «las salvajes inspecciones» también se realizan en los propios caladeros del Gran Sol. En este caso, los controles son realizados por patrulleras irlandesas y afectan a los pesqueros con pabellón español. Jesús Etchevers, presidente de los armadores de A Coruña, dice que hasta este momento los inspectores no detectaron ninguna irregularidad, «porque no llevamos merluza, ya que estamos pescando cigala». Antón Gonzáles cree que este acoso se debe a que las autoridades inglesas están muy enfadadas con los españoles por su negativa a firmar el acuerdo pesquero propuesto por la UE. Además, dice González, las patrulleras inglesas están liberadas debido a que ya no tienen que cubrir la costera del bonito puesto que «los franceses ya no usan volantas para pescar túnidos». Según los armadores, si se mantiene este acoso ya no es necesario que les obliguen a desguazar los barcos: «Los amarraremos», concluyen.