Un juez ha condenado a la multinacional Firestone a indemnizar con más de 16 millones de pesetas a la familia de un trabajador ferrolano de la antigua Iasa, ahora Arriva, por el reventón de un neumático que reparaba. Julio Vázquez Recioy sufrió el accidente el 8 de noviembre de 1997 cuando se encontraba sustituyendo las ruedas de un autocar en el taller de la empresa, en Fene. La cubierta, sin cámara, se soltó de la llanta y originó una onda expansiva que lanzó al trabajador a tres metros de distancia. Las heridas que sufrió en cabeza y tórax le ocasionaron la muerte poco después. El neumático era nuevo. Según el informe elaborado por la Guardia Civil y la Inspección de Trabajo, el percante «no pudo deberse a negligencia del accidentado», que llevaba 24 años trabajando en el taller. Según el juez Aulet Barros, al que correspondió ocuparse de la demanda civil formulada por la viuda y la hija, con los informes apuntados más el de un perito, hay que concluir que el único defecto posible era el de la cámara, porque la máquina que manipulaba funcionaba también correctamente. Otras sentencias El magistrado invoca sucesivas sentencias del Supremo en las que se deja claro que «es el fabricante», en este caso Firestone, el que ha de demostrar que su producto se encuentra en buen estado, y no la víctima la que debe probar su culpabilidad. La sentencia también deja claro que no se trata de una culpabilización global de Firestone, por todos sus productos, sino que en una producción tan masiva pueden surgir problemas con una serie. La sentencia impone el pago de 14.300.000 pesetas para la viuda y 2.400.000 para la hija, más los interes legales acumulados.