Rubén Domínguez, entrenador del Ourense CF: «De niño crecí con el PC Fútbol»

Luis Manuel Rodríguez González
Luis M. Rodríguez REDACCIÓN

FUTBOL GALLEGO

Abraldes

El técnico ourensano pugna por el liderato con el Pontevedra y el Zamora

05 feb 2024 . Actualizado a las 12:03 h.

Rubén Alberto Domínguez Rodríguez (Ourense, 1987) es uno de los jóvenes entrenadores de moda en el fútbol gallego. Muy pronto enfocó su futuro en dirección a las tareas técnicas y, junto a un paso enriquecedor por la cantera del Deportivo, el Ourense CF le ofreció la oportunidad de crecer en las categorías nacionales. Tras guiar a la entidad a un ascenso buscado desde hace años, salvó el primer curso en una eliminatoria de permanencia a cara o cruz y, en la actualidad, los azulones disputan codo con codo el liderato a dos trasatlánticos confeccionados para volver a la categoría superior, como el Pontevedra y el Zamora. Su receta es elocuente, convertirse en un trabajador a destajo.

—¿Cuándo supo que disfrutaría del fútbol en el rol del entrenador?

—Muy pronto. No era bueno jugando y de niño crecí con el PC Fútbol, en el que siempre elegía al Club Deportivo Ourense para intentar hacerlo campeón. Orienté también mi formación en esa línea, estudiando INEF y como entrenador en equipos de amigos en maratones y en el fútbol sala. Con Quique Álvarez creamos Ociosaugal, organizando escuelas deportivas en toda la provincia de Ourense y otras actividades lúdicas y de fomento de hábitos saludables, porque fue un proyecto multidisciplinar.

—¿Y el salto a la competición?

—Tuvo mucho que ver Julio Iglesias, entrenador del Taboadela, que me ofreció quedarme con él de segundo porque al año siguiente quería dejarlo. La directiva también me animó mucho, porque la temporada de mi estreno como entrenador principal fue bastante irregular y nos salvamos en las últimas jornadas, pero ganamos la Copa Diputación a un Barbadás B que bajaba jugadores del primer equipo. En la siguiente todo mejoró, terminamos cuartos en una liga muy exigente en la que estaban el Arenteiro, el actual Ourense CF o el Verín, entre otros clásicos de esa categoría.

—Llegó entonces su primera etapa en su actual equipo.

—Me llamó Camilo Díaz ya a finales de julio y me explicó un proyecto muy ambicioso, cambiando el nombre del club y con la intención de volver a categorías superiores. Ascendimos ese primer año y nos mantuvimos sin muchos apuros al siguiente.

—¿Qué significó después su paso por una estructura deportiva como la del Dépor?

—Tuve una gran fortuna, porque me encontré con una generación de muchos quilates como la del 2003 en el cadete B, que jugaba con el nombre de San Tirso. Estaban Dani Barcia, Hugo Nóvoa, Trilli, Noel o Brais, entre otros de mucha calidad. Fue una temporada inolvidable en la que también conocí a personajes indispensables en nuestro fútbol, como Carlos Ballesta y José Luis Devesa, junto a otros técnicos del nivel de Pablo López, Juan Villamisar o Luis Bonilla, entre otros.

—También se le veía asistiendo a muchos partidos cuando estuvo fuera de los banquillos.

—Fue otra experiencia de la que tomas nota y tuve tiempo para realizar otras funciones o colaboraciones. Por ejemplo, estuve como analista externo del Hospitalet, en el período en el que lo entrenaba Ismael García, que hoy está de asistente en el Galatasaray. Siempre te mantienes alerta y en contacto con el fútbol, porque esperas volver cuanto antes. En este caso, estuve dos años en el paro y otra vez fue Camilo el que me llamó para que me ocupara del actual proyecto, con el que estoy muy satisfecho de lo que hemos logrado.

—¿Qué se mueve en Galicia con los jóvenes entrenadores que están copando puestos de responsabilidad?

—Nosotros estamos trabajando fuerte, está claro, pero creo que también en los clubes se está notando un atrevimiento mayor que en años anteriores, al apostar por entrenadores jóvenes, de casa. De todos modos, no me olvido de técnicos de 50 y hasta de 60 por los que tengo un enorme respeto. Nosotros llegamos con nuevas ideas y frescas, pero siempre tenemos mucho que aprender de la experiencia de esas personas que llevan años en nuestro fútbol. Muchas veces me río cuando oigo cosas como que este o aquel entrenador está anticuado, porque casi todos están muy pendientes de seguir mejorando.

—¿Tiene claro el modelo de fútbol que quiere ver en su equipo?

—Lo que tengo claro es que no es bueno encerrarse en una manera de ver las cosas y la fuente de este deporte son los futbolistas. Tengo que ser capaz de sacar lo mejor de los jugadores que tengo y colaborar en hacerlos cada día mejores y con un mayor rendimiento para el equipo.

—Da la impresión de que le da un gran valor a la personalidad de los futbolistas que tiene a sus órdenes.

—Le damos mucha importancia a la capacidad del deportista de integrarse en el equipo. En la pasada campaña nos salvó el grupo del ascenso, porque a veces no aciertas en las incorporaciones y traes a gente que está más pendiente de sus batallas personales. Ahora mismo tenemos una plantilla con muchas virtudes, entre ellas su calidad humana.

En corto

Las horas del día no son suficientes para que Rubén Domínguez le dedique tiempo a la planificación del Ourense CF, a preparar sus entrenamientos y a visionar decenas y decenas de partidos. A parte de ese trabajo que realiza de modo apasionado, su refugio está en casa.

—¿Entienden en su familia todo lo que conlleva su trabajo?

—Es muy importante que lo entiendan y un lujo compartir mi vida con una persona como Paula que sabe lo que significa el trabajo de un entrenador. En nuestro caso además, llegas a casa dándole mil vueltas a cada partido y te esperan dos niñas que te hacen olvidarlos del todo, aunque sea por unos momentos. Y lo mismo con mis padres, que son un gran apoyo para mí.

—¿Amigos o compañeros de trabajo?

—Grandes técnicos y personas. Adrián Abalo es un entrenador top, más que un asistente. Será pronto uno de los mejores de Galicia. Gori es nuestro lado reflexivo y Anxo García está realizando un gran trabajo, como David Sotelo, con los porteros.

—¿A dónde viajará al terminar el curso?

—No soy nada Willy Fogg y la verdad es que viajo poco o nada. Además soy tan ourensano que me gusta todo en esta ciudad. Como mucho pasamos unos días en Baiona.

—¿Libro o televisión?

—Prefiero leer, aunque utilizo el Kindle en línea. Leo obras bastante variadas. Las últimas fueron Antifrágil, de Nassim Taleb; Pensar rápido, pensar despacio, de Kahneman y Caos y complejidad, de Sergio de Régules.