Salvador Sobral: «Los gallegos aman más a los portugueses que viceversa»

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El músico Salvador Sobral actúa en Vigo con Abe Rábade.
El músico Salvador Sobral actúa en Vigo con Abe Rábade. -

El artista portugués y el pianista compostelano Abe Rábade se unen el día 19 en un concierto, en Vigo, en el que la música gallega será la protagonista

12 ago 2022 . Actualizado a las 16:09 h.

Dicen ambos que mantienen una amistad «forjada desde la admiración mutua». Que se divierten improvisando, musicando poemas, revisitando clásicos del folklore gallego y portugués o interpretando estándares del jazz desde otra perspectiva. Y un poco de todo eso habrá en el concierto que Salvador Sobral y el pianista Abe Rábade ofrecerán en Vigo. Desde la libertad en la interpretación, sin etiquetas y sin estilos. Tanto es así que el cantante portugués confiesa: «A día de hoy, todavía no sabemos muy bien cómo será ese concierto. Nos vamos pasando cosas, pero aún tenemos que sentarnos y pensar un buen repertorio. En cualquier caso, el plan es pasárselo bien. Disfrutar y comunicar mucho con un piano y una voz, que creo que es el canal más directo hacia el alma. Cuando vas con banda es más difícil volar, pero a piano y voz te da mucho chance para improvisar, interactuar, irte por otros caminos... Eso me encanta».

—En tus conciertos, das la sensación de que sobre el escenario haces realmente lo que te apetece en cada momento.

—Sí, sí. Eso los ingleses y los franceses lo definen perfectamente. Ellos utilizan el mismo término para tocar un instrumento y para jugar: play, jouer. Y es que eso es realmente lo que hacemos en el escenario. Jugar. Jugar como niños a la música sin tomárnosla demasiado en serio. Y que la gente vea que la música o el arte no son un acto superior ni divino. Es como cualquier otro oficio. Es solo diversión y juego. Y eso, hacer lo que me da la gana, es lo que siempre intento en mis conciertos.

—¿Este formato con Abe Rábade es excepcional o va a tener continuidad?

—Es algo que está ahí y que puede surgir a veces. No sé si alguna vez llegaremos a grabar algún disco, porque los dos estamos en mil cosas, pero cada vez que nos apetezca tocar juntos, lo haremos.

—¿Qué te fascinó de Abe cuando lo conociste para que surgiera este flechazo?

—Si te soy sincero, no me acuerdo de cómo lo conocí. Supongo que fue a través de nuestro baterista, que toca con los dos. Pero lo que si recuerdo es que desde el primer momento me gustó la relación que tiene él con la música y su capacidad para expresarse a través del piano. También admiro su profesionalidad y su capacidad de trabajo. Si yo le digo que quiero hacer un bolero, él escucha todas las versiones que puede para hacer el mejor trabajo posible. Y me gusta que sea tan gallego. Me enseña muchas cosas preciosas de la música gallega.

—¿No da la sensación de que las músicas gallegas y portuguesas, a pesar de estar tan cerca, están una de espaldas a la otra?

—Sí, es verdad que estamos de espaldas. En cualquier caso hay mucho más amor por parte de los gallegos hacia los portugueses que de los portugueses hacia los gallegos. Para los portugueses, Galicia es España. No entienden de regiones. Todo es España. Les da igual el País Vasco, que Cataluña, Galicia o Mallorca. Por suerte, esta tendencia a proyectar músicas muy agarradas a las raíces está cambiando algo esa situación. Ahora mismo, lo hipster es hacer música tradicional de tu zona y que te muestres muy orgulloso de ella. Creo que eso nos puede aproximar un poco más a Galicia.

—Aquí, en ese sentido, tenemos, entre otros, el ejemplo de Tanxugueiras, a quienes tú apoyaste públicamente.

—Sí, sí, claro. Por eso yo hablé de ellas aquella noche del Benidorm Fest. Porque ellas son precisamente el ejemplo de cómo se puede modernizar el folklore y de lo importante que puede llegar a ser. En España tenéis otros ejemplos como el de Rosalía o C. Tangana. Es muy sano que eso esté pasando.

—Hace unas semanas, en Donosti cantaste «Txoria, txori» de Mike Laboa. En Galicia, ¿cantarás alguna canción popular gallega?

—Una no, voy a cantar muchas. El otro día le decía a Abe que alguna vez vamos a poder hacer un concierto entero en gallego porque ya sé muchas. Por ejemplo, la de [canta] «O paxaro cando chove / mete o rabo na silveira». Me encanta esa.

—Vaya, siempre andan los pájaros por medio. Dice, precisamente, «Txoria, txori» que un pájaro con las alas cortadas deja de ser un pájaro. ¿A ti te han intentado cortar las alas muchas veces?

—Muchas veces, no sé. Pero, por ejemplo, mi enfermedad sí que me cortaba las alas de vez en cuando. Y cuando entré en el hospital sentí que me cortaban las alas, la cola, el pico..., todo.

—¿Ahora te sientes un pájaro que vuela libre?

—Sí... [se queda en silencio]. Bueno, a veces esta industria de la música y su afán capitalizador, pensando solo en lo que hay que vender, en lo que no se vende..., todo eso que no tiene nada que ver con la vida del músico, no digo que me corte las alas, pero sí que me frena un poquito.

—¿Cuántos fans te quedan de aquellos que ganaste con Eurovisión?

—Cuántos no sé, pero los que me quedan son los que me importan. Los que vienen a mis conciertos por la música y no por el título ese. Pero es normal y hasta saludable que haya habido una selección entre el público que me vio en Eurovisión y el público que le gusta y le importa lo que yo hago ahora.

—Dijiste en una entrevista que de los andaluces envidiabas su alegría permanente. ¿Envidias algo de los gallegos?

—Los gallegos tienen más tristeza, mucha más melancolía. Dicen que los portugueses tienen melancolía, pero es porque no conocen a los gallegos [se ríe]. Pero sí que envidio cosas de Galicia. Envidio algunos paisajes y envidio el pulpo. En Portugal se habla mucho del pulpo de Tavira, pero el mejor pulpo que yo he comido en mi vida fue en Galicia.

VIGO AUDITORIO MAR DE VIGO, VIERNES DÍA 19. 21.00 HORAS. 25,30 EUROS