La mujer que acuñó la frase «Blak Lives Matter» ofrece una memoria del movimiento desde su historia personal
10 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La segregación racial en Estados Unidos es un tema del pasado, que se arrastra al presente y que cuesta erradicar para que no exista en el futuro. Porque, «al fin y al cabo, los negros son los únicos seres humanos de este país a los que la ley ha calificado de no humanos». Así lo siente Patrisse Khan-Cullors, la primera persona que escribió la frase «Black Lives Matter». Lo hizo en un mensaje de Facebook. Lleva desde la adolescencia buscando una respuesta a esa discriminación que sufre su raza, a unos estigmas que les han marcado por el color de su piel y que se mantienen generación tras generación en un círculo vicioso casi imposible de romper: barrios que se convierten en guetos donde la policía interviene sin ningún tipo de escrúpulo, donde viven familias marcadas por la precariedad laboral y cuya alternativa económica pasa la mayoría de las veces por el tráfico de drogas; donde, resume ella, «tengo que demostrar esa fortaleza que se nos exige a las personas negras».
Patrisse es una de las fundadoras del colectivo que nació tras la absolución del policía blanco que mató a Trayvon Martin, un chico negro de 17 años que iba andando por la calle en el año 2013. Pero su lucha empezó mucho antes. La cuenta en primera persona en un libro del 2018 que edita ahora en España Capitán Swing; Cuando te llaman terrorista, una memoria del Black Lives Matter desde su experiencia personal. Con un lenguaje sencillo y directo, relata el ambiente hostil en el que se crio, reflejado primero en las impresiones de una niña que observa con ojos inocentes cómo cachean a sus hermanos sin una causa justificada, o que se pregunta por qué su madre tiene tres trabajos diferentes y aun así no llega a fin de mes. A los 12 años es detenida por primera vez y ya se va haciendo a la idea de que pertenece a un colectivo que es perseguido por una cuestión cromática. Su paso por la adolescencia en dos institutos la marcará, allí descubrirá su identidad sexual, nacerá su activismo, y, expone, tomará verdadera conciencia de las diferencias entre blancos y negros.
Especialmente duros son los testimonios de las estancias de su hermano Monte en la cárcel, enfermo de esquizofrenia y al que niegan entre rejas la administración de medicamentos, lo que hace empeorar su estado, provoca agresiones injustificadas de la policía y se vuelve en su contra en los juicios. El mismo círculo vicioso. «En las cárceles se perfeccionaron las técnicas de torturas, que luego se usaron en Abu Ghraib, con personas que no eran terroristas. Eran víctimas del terrorismo», explica la autora.
Sin embargo, también hay esperanza. Patrisse supo encontrarla en la comunidad que fue creando a su alrededor, «esta familia que he escogido» cuyo amor en sí mismo «es como una victoria, un testimonio vivo de lo que queremos decir cuando decimos que otro mundo es posible». Con ellos ha ido esquivando las sucesivas piedras que se ha ido encontrando en su camino, y con ellos empezó esta nueva etapa como activista social con la que sigue en la actualidad. Y, a pesar de la sombra que deja la victoria de Donald Trump en las elecciones del 2016, tras leer Cuando te llaman terrorista, queda la sensación de que la segregación racial no puede tener futuro con la semilla plantada por este colectivo, que ha creado un contexto en el que por fin pueden expresar sin reparos «lo que somos y lo que necesitamos para ser verdaderamente libres, no parcialmente libres».