Maika Makovski: «No nos da ningún tipo de miedo tocar por la mañana»

FUGAS

Maika Makovski (en primer término) presenta su disco «MKMK».
Maika Makovski (en primer término) presenta su disco «MKMK».

Con el enérgico y roquero «MKMK» bajo el brazo, la artista estará mañana en Pontevedra en el ciclo As Matinés do Principal

03 dic 2021 . Actualizado a las 22:23 h.

Un disco como MKMK es de los que siempre apetece escuchar. Roquero, guitarrero y directo en una buena parte, tiene temas de esos que entran a la primera. Hacen sentir al oyente como alguien invencible durante tres minutos. Además, hay un apartado de piezas a piano con poso bluesero que son una auténtica delicia. Y un tramo final más pausado, que hace de contrapunto perfecto. Todo ello lo trasladará Maika Makovski al escenario mañana, en Pontevedra (Pazo da Cultura, 12.30, desde 16 euros) dentro del ciclo As Matinés do Principal.

­—Presenta un disco titulado con el acrónimo de su nombre, «MKMK». Cuando un artista con la carrera avanzada le pone su nombre al disco suele indicar que empieza una nueva etapa. ¿Es así?

—No, la verdad es que no. MKMK es algo que me ha acompañado muchos años en la correa de mi guitarra. Me gustaba para este disco, porque yo lo veía como una experiencia de banda. Sin dejar de ser mi nombre, son unas letras que pueden simbolizar a una banda, una experiencia, un colectivo e, incluso, al público en el momento en el que estamos haciendo el concierto. Fue esa la razón.

­—Cuando salió el disco, dijo que había una intención de abandonar el mundo digital. No pudo escoger peor momento.

—Sí, era eso. Pero los acontecimientos no han permitido abandonar el mundo digital, sino todo lo contrario. Toda la presentación del disco fue a través de redes, de un modo superdigital. Y la verdad es que yo lo sufro un poco, porque no es lo que más me gusta de mi profesión, pero luego en los conciertos siempre ha sido una sensación de hermandad. Y, por fin, parece que se van a poder llevar a cabo como los pensé en un principio. Con la gente de pie, libre de moverse, de beber y pasarlo bien.

­—Este disco es una invitación a eso.

—Exactamente. He vivido unos cuantos conciertos con la gente de pie, junta y sin la distancia de seguridad de las narices. Y es otra cosa... ¡Buff, es lo que debería haber sido siempre! Pero no quiero quejarme, porque creo que mucha gente necesita una energía luminosa y vigorosa, después de tanto tiempo de parón y de sufrir. Aunque hayan estado sentados en sillas, son conciertos en los que he sentido que han trascendido el formato y las circunstancias siempre.

­—Lo que ocurre es que con «pepinos» como «Reaching Out Of You» o «Purpose» es bastante complicado mantener la compostura. ¿No lo cree?

—[Risas] Sí, imagino que muchos se sentían en su pequeña cárcel escuchándolos. La pregunta es si eso es mejor que nada.

­—Por supuesto, pero recuerdo que cuando ponían en la radio «Reaching Out Of You» era tal el subidón de energía que daba que casi generaba un conflicto con el entorno más que una liberación.

—Claro, eso es. Realmente, hasta que la gente no ha estado de pie, como siempre, no se ha vivido como se tenía que vivir. Eso está clarísimo.

­—¿Es una gozada tocar este material en directo?

—Sí. Y más aún con la banda que me acompaña. Todos vienen de bandas que me gustaban y que me enamoraron en un momento u otro. Todos tienen mucho rock. Nos apetece mucho tocar juntos. ¿Qué más se puede pedir?

­—En cualquier caso, vienen a un concierto matinal. ¿No es algo poco habitual para este tipo de música?

—No nos da ningún tipo de miedo tocar por la mañana [se ríe a carcajadas].

­—El tono es nocturno. Hay un toquecillo Blondie que empuja a ello.

—La verdad es que va a ser el primer concierto matinal que hagamos con este disco. Pero ahí ocurre lo mismo que pasa cuando te metes en un centro comercial. Se apagan las luces, cambias de pantalla y te olvidas de la hora que es.

­—Hay temas de este disco que ya tocaba en directo en versiones muy minimalistas. Recuerdo escuchar hace un par de años «Scared Of Dirt» en el Playa Club.

—Sí, me gusta hacerlo para testar las canciones y ver qué tal funcionan. No es lo mismo que cuando las tocas para ti, que a lo mejor eres más indulgente. Por eso las metía. Recuerdo que toqué también un trozo de Love You Till I Die o The Posse. Si las recuerdas de entonces es bueno.

­—He leído que en esta gira está tocando la batería. ¿Eso es cierto?

—Bueno, lo hago en uno de los temas nada más. ¡Y me lo paso teta! No había tocado la batería en la vida. Era ese instrumento que llegaba al local y lo miraba con ojos achispados, pero nunca me había atrevido a pillar las baquetas y tocar un rato. Pero ahora estoy encendida. Me lo paso tan bien que me hace una ilusión total.

­—Pues un disco tan roquero y aún encima tocando la batería debe de ser la liberación total...

—Sí, la verdad es que con esta experiencia me han venido ganas de aprender de verdad a tocarla.