Los Eternos: «No pensamos ni por un momento en vivir de la música»

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Los Eternos actúa en A Coruña y en Ferrol.
Los Eternos actúa en A Coruña y en Ferrol. cedida

Son de Cedeira, pero en lugar de en el mar fijan su mirada y procuran su sonido en el desierto. Su tercer álbum, «Sonora», así lo atestigua

06 nov 2021 . Actualizado a las 11:22 h.

Seguro que merecerían mejor suerte, pero España ha sido históricamente ingrata con las bandas que ponen sus oídos en la música de raíz americana y la trasladan al castellano. En el caso de la banda de Cedeira, la aderezan además con esencias fronterizas y la envuelven después en una sutil pátina de pop. Y bien sabido es que rara vez a bastardos y pendejos se les reservó sitio en la eternidad. No parece importarle a Los Eternos, que han firmado un tercer disco, Sonora (Ferror Records / Milanamusica), con hechuras de clásico atemporal —no todo tiene por qué ser feroz vanguardia—, deslumbrante en armonías, de cautivantes melodías y felizmente dispar en sus sonoridades. «Este disco es menos americano que el anterior. Tira algo más hacia el folk y el wéstern, con esa influencia del pop, que siempre está ahí. Aunque, por supuesto, el country sigue siendo nuestra base. La steel nos marca mucho y es un instrumento que está ligado al country y al folk americano de toda la vida», cuenta Chewis, guitarrista de Los Eternos.

—También tiene un cierto rollo fronterizo.

—Sí, ya el nombre es superfronterizo. Porque esa era un poco la idea del disco. Aunar en estas canciones influencias musicales de México y del sur de Estados Unidos.

—¿Hay hueco en el mercado para una propuesta como esta, que, sin complejos, mira tan lejos en el mapa y en el tiempo?

—Hay una escena bastante grande de grupos de americana y de folk, pero no está visibilizada. En Galicia, por suerte, sí que tenemos un circuito de salas pequeñas y medianas en el que Los Eternos estamos visibles. Pero, si nos vamos a salas grandes o de fuera de Galicia, ahí ya lo tenemos muy complicado. No lo vemos.

—¿Y en los festivales?

—¿Que si tiene cabida este tipo de música? Por supuesto que la tiene. Pero para meterte en un festival o lo tienes que haber petado mucho o tener a alguien que te eche una buena mano.

—Hay artistas que también se sitúan en este territorio fronterizo (Depedro, The Soul Jacket o Arizona Baby...) que sí se cuelan en los carteles de los festivales.

—Ya, pero estamos hablando de la Champions y nosotros jugamos en Regional. Pero bueno, precisamente una de las intenciones de este disco es intentar subir alguna categoría. Hasta donde nos dejen. Nosotros estamos dispuestos a irnos donde sea para tocar, desde luego.

—En 2010, con «Back on the road», vuestro álbum de debut entrasteis directos a la Primera División.

—Ya, pero aquello vino dado porque allí estaba Warner. Tú sacas un disco con Warner y solo con decir eso ya te llaman de muchas partes. Para nosotros fue brutal. Lo malo fue que tuvimos que hacer un parón obligado bastante grande y, claro, salir otra vez después de diez años no es fácil. Y encima, arriesgamos. Cambiamos de cantante, cambiamos el inglés por el castellano... Todo se complica.

—¿Es más difícil hacer este tipo de música en español que en inglés?

—Es distinto. Para nosotros, que no somos angloparlantes, es más fácil. Expresar lo que queremos decir en castellano nos resulta mucho más sencillo. Aunque ponerle una letra que enganche un poco a una canción siempre es complicado.

—Cuando un grupo como el vuestro se plantea este tipo de cuestiones, ¿lo hace pensando desde el punto de vista comercial?

—No, qué va, nosotros a estas alturas ya no pensamos en lo comercial. Solo estamos pensando en pasárnoslo bien. Hacemos esto porque nos encanta. Nunca pensamos, ni por un momento, en hacernos ricos. Ni siquiera en vivir de esto. Pero es que nosotros sin la música no sabríamos qué hacer. Mientras nos dejen, siempre estaremos a ir. Y el día que nos echen, pues nos iremos a jugar a las cartas.

—Repetís con Ferror Records, un sello que acostumbra a editar propuestas más jóvenes y arriesgadas. ¿Os sentís cómodos?

—Es más que eso. Ferror Records ya apostó por nosotros en el anterior disco y para este nos dijo que contásemos con ellos sin ni siquiera escuchar las canciones. ¿Qué más puedes pedir? Son de esas cosas que te dan aún más ganas para seguir. Después tuvimos la suerte de que también se uniese a esta aventura Milanamusica y la verdad es que de los dos tenemos un apoyo incondicional. Nos tratan como familia.

—En «Vientos solitarios» salíais a pasear con Neil Young. ¿Con quién salís a pasear en este disco?

—En este cogimos de la mano a Gram Parsons, que fue siempre un enamorado del desierto. Nos gusta mucho hacer adaptaciones al castellano de canciones de grandes artistas que nos gustan y esta vez elegimos una versión del One hundred years from now que Parsons hizo para el primer disco que grabó con The Birds. Siempre salimos a pasear con los mejores [se ríe].

—El tiempo, además de inexorable, ¿es un viejo amigo?

—El tiempo es un amigo indomable, ese que todo el mundo quiere controlar pero nadie lo consigue. El tiempo lo es todo.

—¿Y es el mejor maestro?

—Sí, claro. Como mejor se aprende es con el tiempo. El tiempo todo te lo da, pero, cuidado, también todo te lo quita. Inexorablemente, como decimos en la canción, llegará el día en que el tiempo también nos quite de aquí.

  • A CORUÑA MARDI GRAS, VIERNES. 22.30. 8,40 euros
  • FERROL La Room, sábado. 23.00. 8,40 euros