«Segunda casa», o cómo recuperarse de Rachel Cusk

FUGAS

Rachel Cusk, autora de «Un trabajo para toda la vida».
Rachel Cusk, autora de «Un trabajo para toda la vida». BENITO ORDÓÑEZ

La autora de «A contraluz» vuelve a zarandearnos con su nueva novela, que nos invita a unas vacaciones con el diablo en las marismas del deseo

01 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Seguro que han fantaseado con cambiar su vida en minutos al menos una vez, con cerrar los ojos y asumir ese riesgo, sin seguro. De esto sabe y sabe escribir Rachel Cusk (A contraluz), que nos partió al medio con su disección del divorcio en Despojos y hoy nos invita a entrar en Segunda casa. Es una invitación amable, sutil, con ese aire de verano que al final se espesa y atormenta.

Imagínense en unas marismas remotas, casi solos, en una de esas cabañas que soñamos en esta pandemia los que jamás hemos sufrido un invierno en el campo. Allí ha construido su casa de vacaciones (con duro esfuerzo, para alojar a otros) una pareja de aparentes contrarios.

Cusk borda el retrato, de fuera adentro, de las relaciones (de pareja, madre-hija, artista-mundo), escribe una marisma a lo Carlos de Haes y se ajusta a lo que yo llamaría un peligro de mujer, una femme fatale del mejor naturalismo literario.

«El miedo es un hábito como otro cualquiera, y los hábitos matan lo que hay de esencial en nosotros», revela Cusk. «Sigo temiendo que las cosas me ataquen por sorpresa». ¿Conocen ese estado de alarma, esa indefensión siempre latente?

La literatura de Cusk no se distrae, no sabe divertirse, está ocupada en llegar al fondo, a la verdad, en sacar los trapos (y escurrirlos) de la vivencia femenina de la libertad, sus peajes domésticos, la pareja, la crianza, el divorcio, el deseo, la identidad siempre partida, como sintiendo que debe pedir perdón o permiso. Es una mujer en todas las páginas del libro. Es un peligro Segunda casa, en la que conviene no entrar si se buscan unas vacaciones de resort en forma de novela. Porque no se va de vacaciones al purgatorio que media entre la vida y el arte, entre la realidad rutinaria que somos y la oscuridad de un yo secreto. La novela es una revisión de la crónica Lorenzo en Taos -que Mabel Dodge Luhan escribió en 1932 sobre la estancia de D.H. Lawrence en su casa de Nuevo México-. Maravillosa la protagonista, con pasado, hechizada por un pintor maldito.

La libertad tiene un precio. Es alto, advierte la autora. Es duro vivir siempre en una segunda casa, de paso.

«SEGUNDA CASA»

RACHEL CUSK

A la venta el día 4