Beret: «La gente no saca sus emociones y yo sí, creo que eso es lo que ha gustado de mí»

FUGAS

Es el ejemplo de que los chicos normales también triunfan. Sin filtros arriba y debajo del escenario, Beret atrapa con su naturalidad

22 sep 2019 . Actualizado a las 09:25 h.

Desde Lo siento hasta Me vas a ver, su última canción, todos los temas que Francisco Javier Álvarez Beret (Sevilla, 1996) ha sacado se han convertido en un éxito. Intenso, cercano y divertido, el andaluz confiesa cómo le afecta en su día a día su trastorno de ansiedad. Un enemigo al que combate sobre el escenario desde donde nos regala su magia. Mañana lo hará en Lugo dentro del Caudal Fest que arranca esta noche con Moda y Marea, entre otros, y que continuará el sábado en una noche en la que también cantarán Xoel López, Izal y Carolina Durante.

-¿Qué supone para ti actuar en este festival?

-Es superguay. Las veces que he ido a Galicia el público ha estado superentregado.

-«De qué vale la cantidad si solo la intensidad va a hacerme feliz». Además de intenso, ¿cómo eres?

-Intento ser ordenado con todo, soy también impaciente y, a ver cómo lo digo, soy un blando.

-Plasmas esa intensidad en tus tatuajes, ¿cuántos tienes ya?

-Pues no sé. Ja, ja, ja. Cinco acabo de contar. Todos en el brazo derecho, marcan mi forma de pensar. El león es la fuerza, tengo una balanza que es el equilibrio en la vida, bless que es la suerte, tengo unos pájaros que son por un familiar, y el reloj, por esa frase de la intensidad.

-¿Cómo logras transmitir tus emociones?

-Pues siendo real, ¿sabes? Sin maquillar y sin poner filtros. Lo que siento, lo muestro. Yo creo que cuando más sincero te muestras, y más intenso eres, más llegas.

-En otra letra dices: «Cuando ya no sepas dónde ir, solo vete donde dé más miedo». ¿Dónde es ese sitio en tu caso?

-Esa frase la escribí porque con la ansiedad te pasa mucho eso, te limita tu vida a la hora de que se te hace muy complicado el salir a por el pan, imagínate. Cosas sencillas. Entonces fue parte del proceso para romper esas barreras.

-¿Lo has contado para darle normalidad?

-Intento hacerlo, de hecho J Balvin lo contó también y creo que eso ayuda un montón. Es una tontería, porque te lo puede decir cualquier persona y no pasa nada, pero te lo dice él, que es relevante y llega más. Me gusta como artista, aunque hacemos diferentes canciones ja, ja, ja. Pero me gusta incluso más como es él. Lo veo un tío auténtico.

-Cantas con Yatra, ¿lo habrías imaginado?

-Ja, ja, ja. ¡En la vida! Me acuerdo que estaba yendo a Pontevedra y me llamó mi mánager para decírmelo. Yo lo conocía por la de 'déjame robarte un beso' [canta] y decía: «¿Pero nos darán una balada o algo así?». Me empecé a informar más sobre él y dije: «Vale, es más que reguetón». Es como yo, que tengo temas tristes y otros alegres también.

-Podría hacer toda la entrevista solo con frases de tus canciones.

-Ja, ja, ja. Con los títulos de mis canciones se puede hablar perfectamente. Me envían a veces seguidores mensajes como: «Ojalá vuelvas a Galicia alguna vez porque te echo de menos». Es muy guay.

-Has logrado triunfar siendo tú mismo.

-Sí. Es complicado porque a día de hoy es a, b y c. Si eres como todo el mundo, entras en el juego. Yo en mis letras me muestro como soy, vulnerable, y cuento cómo me siento. Y me di cuenta de que mucha gente estaba esperando que alguien lo dijese. Empecé en el rap y en el reggae y hay casos de: «No, yo es que soy el más tal». Pero yo me mostraba tal como soy. Luego muchos se me acercaban y me comentaban: «Oye, que a mí también me pasa eso». Pero te lo decían como en la intimidad, como que nadie se entere. Aquí en España falta mucha sensibilidad, la gente no saca sus emociones y creo que es lo que ha gustado.

-Has dicho: «Hay personas que llevan diez años con sus parejas y han vivido uno, y personas que llevan uno y han sentido como diez». ¿Es tu caso?

-No, pero lo pongo como ejemplo. Creo que hay muchas cosas que el tiempo limita, como la edad. Hay personas que se niegan a hacer cosas porque no son supuestamente acordes a su edad. Es como: Tengo cuarenta años y siento que no he vivido porque no me he ido de fiesta a los treinta. O pensar que tener treinta y seguir en casa de tus padres es malo. Es una tontería enorme, el tiempo es superrelativo. Por eso mi tatuaje del reloj tiene interrogantes en vez de números, porque realmente me preguntan qué hora es y ni idea, porque a mí no me vale eso.

-¿Cómo afrontaste la fama?

-Al principio fue chocante. No me podía creer que me estuviera pasando. Tuve que afrontar cómo llevarlo y, como me gusta mucho la psicología, eso me ayudó. Escucho en muchas entrevistas lo de: «Yo es que me debo al público». Y a ver, tú eres un ser humano igual. Yo agradezco a la gente el cariño. Me encanta que guste mi música y es muy bonito, pero yo no necesito esto. Me quitas la fama y voy a seguir desayunando con mi padre tan contento.

-Tu primer disco se llama «Vértigo». ¿Qué te produce esa sensación?

-Empezar. Por eso el título, porque empezaba con todo y fue: «Yo iba a ser técnico de sonido. ¿Qué hago aquí cantando?».