La de Pamplona vuelve a mostrar que «Operación Triunfo» puede ser un trampolín para el éxito sin perder el estilo y el carisma personal
09 ago 2019 . Actualizado a las 12:28 h.Si hay un programa que genere cierta discordancia en el ámbito de la crítica musical, ese es Operación Triunfo. No son pocos los melómanos que han hallado en la fórmula OT un enemigo al que batir, acusando al programa de promover un camino al éxito un tanto desacertado, de alguna manera ficticio; pero la realidad es que el público responde de manera más que grata a los artistas que de él salen. Tras su desaparición y su respectiva vuelta, con un obligado lavado de cara al formato, Operación Triunfo volvió a ser ese fenómeno de masas que demostró que podía ser con Bisbal, Rosa y Bustamante. Roi, Amaia, Aitana, Cepeda, Roi, Sabela y Ana se hicieron con un hueco en la industria -muchos más nombres que en cualquier edición pasada-. Por eso, quizás había cierto escepticismo con lo que podría pasar con la temporada siguiente a esta, pero Natalia Lacunza es el ejemplo de que hay sitio para más artistas venidas desde el reality.
La de Pamplona lleva dos semanas ocupando el puesto número 1 de la lista española de ventas de discos en territorio nacional. Es un hecho meritorio. Su álbum debut, Otras alas, funciona a la perfección dentro del pop mainstream del que tanto gusta YouTube. La exconcursante de OT se ha posicionado por encima de Bruce Springsteen y su recién estrenado trabajo de corte acústico, ese sereno Western stars. Y sí, muy cerca en números encontramos otro nombre bien conocido: Aitana, con su Spoiler. Luego Alejandro Sanz, The Black Keys o Kylie Minogue.
Natalia posee esa versatilidad que tanto éxito ha generado últimamente a ciertos artistas. No tiene recelos en utilizar como base una mezcla de electrónica y pop, como se agarra tan solo de una guitarra flamenca en Nana triste, canción que interpreta junto a otro talento emergente que está por despegar, como es el cantautor Guitarricadelafuente. Este artista que ha ido haciéndose un nombre en el panorama español gracias a sus vídeos de YouTube se presenta como una apuesta intimista y cercana a esos compositores clásicos, de letra y ritmo suave, profundo. Este tema lleva ya más de cinco millones de reproducciones en la plataforma de Google.
Un disco completo
El álbum de Natalia se presenta como una obra más que compleja de lo que a priori uno podría esperar. Lejos de cualquier prejuicio, la cantante ha sabido trazar esa línea evidente y necesaria de ser más que una canción o un hit veraniego. Composiciones como Olivia son melodías de perfecta funcionalidad, tentadoras al oído. Hay tiempo para el baile con Tarántula, pero también para elevarse con cierta fragilidad y una excelente producción en Gata negra. Un sobrenombre que bien se le podría aplicar a la de Pamplona, que se describe en primera persona a través de unos versos endiabladamente adictivos y certeros.
Lo que está claro es que Natalia vuelve a ejemplificar que los segundos y terceros puestos de Operación Triunfo simulan tener la bendición del éxito de una manera más masiva y temprana.