-Los actores tienen muchas vidas. ¿Cómo se lleva el cambio constante?
-Yo tengo una vida bastante... quiero decir... no equilibrada... Afortunadamente, tengo ese punto de desequilibrio que me permite soñar. No hay más vida que la que hay, la tuya, la personal; lo otro son episodios que una vez terminados se acaban.
-Tiene tres goyas y un amplio palmarés. ¿Se siente reconocido?
-Sí, ¿cómo no? He tenido la suerte de hacer personajes muy potentes. Pero tienes que tener la suerte de que te den ese equipaje, si no... no hay premios. En cualquier caso, los premios, de alguna manera, son injustos.