Aquí solo hay pelis para gourmets

TEXTO: MIGUELANXO FERNÁNDEZ

FUGAS

cedida

Ángela Molina recibirá mañana el premio a su carrera en el Festival Cineuropa que se desarrolla hasta finales de este mes y que proyecta una mirada sobre el mejor cine actual. Entre las delicatesen que se sirven también hay una sabrosa oferta gallega

16 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que a mediados de los ochenta comenzó como un bonito cajón de sastre con diversidad de propuestas culturales, el séptimo arte entre ellas, con los años acabó en solo cine bajo la batuta del crítico José Luis Losa, que convierte al noviembre de magosto y hojarasca compostelano en un festín para deleite de cinéfilos. Losa y Cineuropa, y viceversa, maridan un programa que resume lo mejor de la cosecha anual y es ya uno de los mejores certámenes del mundo.

Compostela es, desde el pasado día 7 y hasta el 28 de este mes, la envidia del panorama español con un singular modelo de festival. Si este sábado la irrepetible Ángela Molina recogerá el premio Cineuropa a toda una vida, el cine gallego de tono experimental tendrá su nicho con el estreno de dos obras con marcado sello autoral. Trote, debut de Xacio Baño, coguionista junto a Diego Ameixeiras, que transcurre durante una rapa das bestas, mostrando la ancestral lucha entre el hombre y el caballo, «entre la razón y el instinto», con María Vázquez al frente del reparto. Y Hamada, de Eloy Domínguez Seren, coproducción entre Suecia, Noruega y Alemania, muestra «el retrato inusual de un grupo de jóvenes amigos en un campamento de refugiados en el desierto pedregoso del Sahara». La actriz gallega Nerea Barros coproduce Morir para contar, de Hernan Zin, documental sobre los reporteros de guerra en varios conflictos.

Junto a ellos varias exquisiteces, como el estreno exclusivo en España del díptico Loro 1 y Loro 2, mostrada como una única película de 150 minutos en la que el italiano Paolo Sorrentino recurre a su actor-fetiche Toni Servillo para centrarse en la vida y milagros del inclonable Silvio Berlusconi, Il Cavaliere, a partir del año 2000 y en clave de soap opera. Se le suman una veintena de títulos que incluyen In fabric, del inglés Peter Strickland, que para Losa «está entre las mejores del año», mistura de kitsch y giallo con un gran registro de Gwendoline Christie fascinada por un vestido de seda rojo sangre. Habrá numerosos reconocimientos en festivales de prestigio, como el gran premio del Jurado en Sundance y Espiga de Plata en Seminci, la estadounidense The Miseducation of Cameron Post, de Desiree Akhavan, conmovedor drama sobre una adolescente -Chloë Grace Moretz-, enviada a rehabilitación para curar su lesbianismo.

También el drama paraguayo Las herederas, de Marcelo Martinessi, Oso de Plata en Berlín, con dos mujeres de la alta sociedad que, ya maduras, habitan una casa «con ecos viscontinianos de Confidencias y una manera de asirse a la belleza de la juventud que remite a Muerte en Venecia», en palabras de Losa.

IMPRESCINDIBLES

Premio Fipresci en Venecia fue el drama histórico Sunset (Atardecer), del húngaro Laszlo Nemes, el de El hijo de Saúl. En San Sebastián el mejor guion fue para Un hombre fiel, del francés Louis Garrel, una de amor a tres bandas. Junto a ellas, la fantástica High Life, de Claire Denis, con Juliette Binoche al frente de una nave espacial tripulada. El drama Obra sin autor del alemán Florian Von Henckel (La vida de los otros), centrado en el artista Kurt Barnert, que huye de la RDA a la RFA, aunque sigue atormentado por su pasado. La relación de cine imprescindible se hace interminable: Ash Is Purest White, del chino Jia Zhang-Ke); Nuestro tiempo, del mexicano Carlos Reygadas; Doubles vies, de Olivier Assayas; La casa de verano, de Velerie Bruni Tedeschi; y Un couteau dans le coeur, del francés Yan González, con un asesino en serie en un rodaje porno, que para Losa, «tiene mucho de Argento, de De Palma y del Antonioni de Blow Up».

Un fotograma del filme «In fabric», de Peter Strickland, que está considerada una de las mejores películas del año por los críticos