La prensa escribe el guion

Miguel Anxo Fernández

FUGAS

cedida

Steven Spielberg retrata en «Los archivos del Pentágono» el momento en el que «The Washington Post» publica información sobre la guerra de Vietnam. En España se estrena el próximo 19 de enero y promete ser otro peliculón.

29 dic 2017 . Actualizado a las 20:29 h.

El periodismo de investigación regresa al cine. Si hace dos años Spotlight (Tom McCarthy, 2015) ganó el Oscar por mostrarnos a un reducido equipo de reporteros del Boston Globe destapando la sangrante pederastia, durante décadas, de numerosos curas del estado de Massachussets, Spielberg aspira ahora a un nuevo Oscar por Los archivos del Pentágono. El mantra es la búsqueda de la verdad e informar sobre ella, siempre en clave dramática y de thriller, aunque en sus tramas se cuelen esporádicos trazos de humor negro y haya algunas excelentes comedias, sobre todo las derivadas de la obra teatral The Front Page, de Ben Hecht y Charles MacArthur: Un gran reportaje (Lewis Milestone, 1931), Luna nueva (Hawks, 1940) y Primera Plana (Billy Wilder, 1974). Pero la comedia sobra cuando toca investigar, cuando los profesionales hacen piña para airear la porquería del poder, incluso frente a las amenazas del Estado. Por eso el cine sobre la prensa ya es casi un subgénero cuyo origen sitúan los expertos en la mítica Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941), con Rosebud como clave.

Desde entonces hubo piezas notables como El gran carnaval (Wilder, 1951) y El cuarto poder (Richard Brooks, 1952), aunque como referencia se mantiene Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula, 1976), recreando en clave de thriller político el libro homónimo de los periodistas del The Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, sobre el caso Watergate que acabaría costando la presidencia a Richard Nixon, político llamado a ser un suculento filón para el cine en torno al papel de la prensa, de la de toda la vida, del tabloide que muchos se empeñan en enterrar bajo la bota de la Red, la misma que ahora se confirma una coladera para el universo fake y en las antípodas de la verdad, buscada con rigor, grandes dosis de paciencia y un poco de suerte. El inmediato estreno de Los archivos del Pentágono, devuelve a la actualidad a la Administración Nixon, claramente hostil a la prensa libre e independiente.

Si el filme de Pakula se iniciaba en una madrugada de junio de 1972 con el allanamiento de la sede del Partido Demócrata en Washington, Spielberg afronta lo ocurrido un año antes, cuando algunos periódicos de EE. UU., entre ellos el The New York Times y de nuevo el The Washington Post, se posicionaron a favor de la libertad de expresión, aireando los documentos del Pentágono, más en concreto información clasificada sobre la Guerra de Vietnam. Se trataba de un informe secreto elaborado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, a instancias de su Secretario, el célebre Robert McNamara, que confirmaba la implicación de la Casa Blanca en el país asiático desde el final de la Segunda Guerra Mundial, extendiendo a principios de los 60, sus bombardeos a Laos y zonas de Vietnam del Norte, aunque sin informar de ello al Congreso y mucho menos a la opinión pública, el entonces presidente Lyndon B. Johnson.

PRESIÓN DEL GOBIERNO

El Washington Post tuvo acceso a esos documentos y tomó la decisión de publicarlos frente a las presiones del Gobierno y sus amenazas de retirarles las licencias para televisión. Katherine Graham (Meryl Streep), que era la primera mujer editora del Post, y el director Ben Bradlee (Tom Hanks), optaron igualmente por apoyar al The New York Times contra el intento de la Administración Nixon de restringir la primera enmienda... Acabaron llegando al Tribunal Supremo. Los archivos del Pentágono se estrenó el pasado fin de semana en Estados Unidos y la veremos aquí el próximo 19 de enero. Pero Hollywood no concluye con ella los entresijos de la Casa Blanca con Nixon. A finales de septiembre estrenaron Mark Felt: The Man Who Brought Down The White House todavía sin fecha para España-, sobre el alto funcionario del FBI, Mark Felt, el confidente apodado Garganta profunda, que en 1974 ayudó a Woodward y a Bernstein a destapar el Watergate. Tampoco será la última…