«El autoplagio es un gran riesgo»

TEXTO: CARLOS CRESPO

FUGAS

cedida

Para ser el peor grupo del mundo no les ha ido nada mal. A las puertas de finalizar su más exitosa gira, Marc Ros, voz y guitarra de Sidonie, hace balance de esta etapa

01 dic 2017 . Actualizado a las 05:20 h.

De aquellos malditos e insolentes que revolucionaron la escena indie española al albor del siglo apenas queda hoy un atisbo de ironía y su renacida habilidad para articular invencibles estribillos. Ambas cuestiones quedaron reafirmadas cuando hace un año publicaron El peor grupo del mundo, un disco abiertamente pop, festivo y hedonista que les ha permitido colarse en radiofórmulas sin ceder ni una línea en el cartel de los festivales. De su, para algunos, inesperado y renovado tirón da fe el que su concierto en A Coruña, programado en principio para el Inn Club haya sido trasladado a la sala grande, la Pelícano, debido a la gran demanda de entradas.

-¿Hay empatía y afinidad entre esos dos públicos, entre el que hace un par de años habría ido a la Inn y el que ahora va a llenar la Pelícano?

-Yo creo que sí, que el público convive de una forma muy tranquila. Además lo veo como un termómetro de lo que está pasando. Hoy mola todo. Y mola que mole todo. Te puede gustar Taylor Swift y hurgar en la discografía de Neu! o de Can. Y disfrutas igual. No hay aquellos prejuicios.

-¿Sois conscientes de que habéis perdido fans iniciales por el camino?

-Sí, claro. Yo me sigo encontrando con quien me dice que molábamos más antes. Y agradezco que esa gente haya dejado de venir a los conciertos de Sidonie porque son un pelmazo.

-También el público agradece que vosotros hayáis cambiado de actitud.

-Seguro que sí. Sería ridículo que siguiésemos haciendo lo que hacíamos en los dos primeros discos. Y además sería mentira.

-¿Qué habéis descubierto o redescubierto con el éxito de esta gira?

-Yo, personalmente me lo he empezado a pasar muy bien en esta gira. Soy un tipo que me pongo muy nervioso antes de los conciertos. Tengo muchas manías y un cierto trastorno compulsivo obsesivo. Y con este disco me he desprendido un poco de todo eso. Hasta me atrevo a bailar, que no lo había hecho jamás.

-¿Existe esa hermandad real entre bandas de la que habláis en «Carreteras infinitas» o es solo una licencia para una letra?

-Hace algunos años ir a según qué festivales no resultaba nada enriquecedor porque con las otras bandas ni te hablabas ni compartías público. Ahora es maravilloso porque no solo tienes ganas de tocar sino también de ver a grupos amigos. Esta hermandad, que la hay, es una muy buena noticia para el pop español.

-¿Incluyes a Jota en el paquete?

-[Se ríe] Este año he coincidido un par de veces con él, pero no me ha dicho nada. A mí me encantaría salir en una canción de Los Planetas aunque me pusieran como el culo. Que no es el caso, ¡eh!

-¿Confías en que os llamen para el Primavera Sound del 2018?

-Pues mira, fui este año después de mucho tiempo sin haber ido y me lo pasé muy bien. Pero no sé en qué onda están. Ojalá nos llamasen, claro. Es uno de los mejores festivales del mundo y está en mi ciudad.

-¿Vosotros no vais a cambiar de domicilio social?

-Para nada. Sí es cierto que hace algunos años, y esto que sirva de crítica, nos planteamos irnos a vivir a Madrid porque todo el negocio de la música está allí. Pero siempre nos hemos sentido muy orgullosos de pertenecer a esta ciudad impresionante que esperemos que los guiris no corrompan.

-Llegaste a comentar que habíais huido del indie porque teníais pretensión de seguir creciendo. ¿Esa etiqueta es hoy un lastre?

-No, hoy esa etiqueta ha perdido el sentido. No me molesta que digan que somos indies, pero sería más acertado decir que somos un grupo pop.

-Y a partir de ahora, ¿qué? ¿Hay pistas para el nuevo disco?

-Intento aislarme de lo que ha pasado, pero cuando me pongo a componer noto que El peor grupo del mundo sigue pensado mucho. A veces me he encontrado con que me estoy autoplagiando. Y eso es un gran riesgo. Así que voy a dejar que pasen unos meses. Claro que me gustaría hacer un disco que fuesen todo hits, pero no siempre sale. En los dos anteriores sentí que había perdido ese tino de componer una canción de tres minutos con su estructura clásica del pop. Y por eso hice cosas más experimentales. De hecho hoy soy un poco malpensado con los grupos que solo hacen música experimental. Creo que lo hacen porque no les salen otras cosas.