El mal encarnado en doce canciones

TEXTO: CARLOS PEREIRO

FUGAS

cedida

Después de treinta años ofreciendo canciones, lo entrañable de Josele Santiago es que todo lo que saca como novedad tiene también cierto aire novedoso.

13 oct 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

No es fácil, pero esa ruptura espacio-tiempo que traen sus discos produce una bella sensación. La sorpresa, en un mundo con escaleta en el cual despertamos con una alarma que ya nos avisa lo que vamos a dormir, es uno de los entes que mejor trabaja el madrileño, afincado en Cataluña, cuando agarra la guitarra. Así, en Transilvania sorprenden los nuevos registros musicales que se han tratado, fruto de la simbiosis que parece haberse desarrollado entre Josele y Raül Fernández Refree, productor y también músico en las doce canciones del álbum.

Hay electricidad y efectos; pero también hay naturalidad, madera y el ruido de la respiración que uno hace ante el micrófono antes de asaltar la grabación. Todo ello se ha recogido en un trabajo que rompe el silencio (al menos en solitario, pues la Revuelta Enemiga aún continúa en marcha) del madrileño en seis años. La lírica de Transilvania aparece amarga, cabreada, harta y hasta desesperada. Josele asalta el mundo que ve de una manera sagaz, con su habitual ironía, gracias a un ojo clínico más que demostrado con el tiempo. No en vano, con solo veinticinco años, fue el responsable de crear uno de los discos más oscuros y bellos del rock español, como es La vida mata. Desde aquellas, letrista y músicos no han hecho más que crecer, por eso hay pinceladas culturales por doquier.

Referencias al cine, como a la pederastia mostrada en la ganadora del Óscar, Spotlight, o a la literatura, a través de Julio Verne o Francisco Casavella. También está Dios, eterno secundario de lujo en las historias de Josele Santiago; o el propio mal, las formas que toma; como la del interesado que le ríe las gracias al jefe, o la de un fatídico cambio climático, o la del ofrecimiento de la yugular al banco cuando toca pedir la hipoteca. De ahí sale Transilvania, de sus Cárpatos mitológicos y ensombrecidos, de una esperanza que difícilmente cuesta encontrar, aunque alguna siempre queda.

JOSELE SANTIAGO

POP-ROCK

14,55 EUROS

Depredación, fanatismo y confusión en un contexto social, político y económico dominado por el mal.