Thoreau, el pensador salvaje

Luís Pousa Rodríguez
Luis Pousa PERIFERIAS

FUGAS

09 jun 2017 . Actualizado a las 05:25 h.

Se cumplen 200 años del nacimiento de Henry David Thoreau (Massachusetts, 1817-1862) y las editoriales se suman a los festejos recuperando títulos de este pensador heterodoxo, disidente, libre y salvaje que cambió el curso de la literatura norteamericana encerrándose en una cabaña a escribir Walden.

Errata Naturae, el sello que durante los últimos años se ha entregado con mayor entusiasmo a la reivindicación de Thoreau entre los lectores españoles, celebra este segundo centenario con la publicación de la extraordinaria biografía del autor preparada por Robert Richardson -Thoreau. Biografía de un pensador salvaje- y con una excelente antología de aforismos y fragmentos: Todo lo bueno es libre y salvaje.

El titánico trabajo de Richardson se dedica de pleno a presentarnos los matices de Thoreau y nos revela un personaje inmerso en las contradicciones, paradojas y claroscuros, muy lejos de los estereotipos, lugares comunes y clichés bajo los que a menudo se sepulta su figura.

La antología, dividida en capítulos temáticos, constituye una magnífica guía para adentrarse en el universo de este agrimensor, fabricante de lápices e inspector de ventiscas y diluvios, que con sus ensayos abrió la senda del ecologismo moderno.

«Lo que nos deleita de Hamlet y la Ilíada, de todas las Escrituras y las mitologías, es su visión incivilizada, libre y salvaje del mundo, esa que no se enseña en las escuelas», anotaba en Caminar.

Y eso es exactamente lo que amamos, 200 años después, los lectores de Thoreau: su mirada incivilizada, libre y salvaje del mundo.