«El enemigo es el poder, la iglesia y Pokemon»

FUGAS

Irreverente y provocador se desenvuelve como pez en el agua en estos tiempos convulsos. Agitador de conciencias y azote de los dominantes, su cruzada se extiende ahora también hasta quienes se han asentado en la indiferencia y en una absurda comodidad. El martes llega a Galicia para participar en una nueva edición del Festiclown, un evento que del 12 al 17 de agosto llenará las calles de Vilagarcía de espectáculo, cultura y buen humor

12 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Como payaso que es se siente más necesario que nunca. Porque en el bufón está el último refugio del espíritu crítico. Acostumbrado a arremeter contra políticos, banqueros y la iglesia ahora se enfrenta desconcertado a un nuevo e inquietante enemigo: Pokemon.

-¿Con quién es con quien está más enfadado en este momento?

-Lo tengo complicado. Hay unos líderes políticos que me enfadan mucho. Pero vengo de actuar en Dinamarca y el 30 por ciento del público que estaba en la plaza no miraba al escenario porque estaban jugando a Pokemon Go. Así que a los enemigos tradicionales, el poder y la iglesia, ahora hay que añadir a Pokemon. Me enfada mucho esa juventud indiferente que vive su vida sin tomar posiciones y sin pedir justicia. Me asusta pensar que en todo el planeta hay toda una generación está jugando a lo mismo.

-¿Debe ser el moderno bufón también un agitador social?

-Por supuesto. El bufón, además de divertir, tiene que decir en voz alta aquello que nadie se atreve a decir. Es un portavoz de los sentimientos populares. Un personaje alegre y feliz de vivir pero siempre con la libertad de criticar a cualquiera.

-Llevamos diez meses con un Gobierno en funciones. ¿Se nota?

-En el día a día no se nota nada. Creo que eso está desmontando el dogma de la necesidad del poder y que está minando la autoridad del propio Gobierno.

-Nunca habíamos estado tan cerca de la anarquía.

-Es cierto, es un momento muy anarquista. Y por eso los bufones nos encontramos en primera línea. Porque un bufón, básicamente, es un anarquista alegre. Pero la anarquía debería ser entendida como una opción individual de libertad y en estos momentos no es esa la razón por la que hemos llegado a donde estamos. Quizá por eso la sociedad está viviendo una anarquía sin alegría.

-Usted tomó parte y de forma activa por las opciones políticas surgidas a raíz del 15M. ¿Cómo recibió los últimos resultados electorales?

-Ver que en las últimas elecciones han desaparecido un millón de votos me ha hecho pensar que ya no hay unos culpables de un lado y unos héroes del otro. Y creo que eso ha generado un pesimismo generalizado en la sociedad porque ya no existe ni siquiera aquella gran esperanza de que si llegan los buenos todo va a cambiar radicalmente. Se me hace difícil asimilar tanta incertidumbre.

-Ya me ha dicho quién le enfada, pero ¿quién hace reír a Leo Bassi?

-Los niños, siempre. En su inocencia los niños tienen una capacidad enorme de sorprenderme. De hecho, cada vez me gusta más hacer espectáculos para niños. Y luego, los monologuistas en general no me hacen reír, me pueden hacer sonreír o pensar que es inteligente lo que está diciendo, pero no me río a carcajadas. Tan solo con algunos. No voy a citar nombres pero suelen ser los que están más lejos del sistema. Y, por último, me hacen reír mucho las personas que hacen reír sin saberlo. Por ejemplo, todos esos políticos que piensan que tienen el poder pero que no se dan cuenta de que se les escapa de entre las manos me hacen descojonarme de la risa. En un sentido trágico, son unos payasos.