«Hacer una copia de Hugo Pratt habría sido un error»

FUGAS

VÍTOR MEJUTO

Tienen el mayor honor y la más profunda responsabilidad que pueda imaginarse en el cómic europeo. Aceptaron resucitar a Corto Maltés, el personaje creado por Hugo Pratt que propició el paso a la madurez de la historieta y de todos sus lectores. «Bajo el sol de medianoche» es el resultado de este trabajo realizado con tanto respeto como pasión y que es objeto de análisis en Viñetas desde o Atlántico, el salón del cómic de A Coruña

12 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El reto era mayúsculo. Tocar a un intocable, resucitar al personaje más respetado de la historia del cómic y hacerlo bajo la inquisitiva mirada de miles de fans dispuestos a despedazar a quien haga falta porque entienden a Corto Maltés como parte fundamental de sus vidas. Pero surgen dos aguerridos autores, Juan Díaz Canales (guion), a la derecha en la fotografía, y Rubén Pellejero (dibujo) -ambos presentes en el salón del cómic Viñetas desde o Atlántico que se celebra esta semana en A Coruña-, que lejos de amilanarse ante semejante prueba, se ponen manos a la obra y son capaces de tornar las miradas de desconfianza en sonrisas de complicidad, poniendo de acuerdo a la crítica y el público en que así, la vuelta del personaje de Hugo Pratt es más que bienvenida. El secreto quizá radique en que ellos también son hijos de Corto Maltés, como el resto. A la espera de que decidan ambientar la próxima aventura de Corto en Galicia, una de las escasas localizaciones que todavía no ha visitado, hablamos con los autores que pasarán a la historia como los más valientes del sector.

Pregunta: Reconozco ser uno de esos que torcieron el gesto cuando se enteró de que se iba a retomar el personaje de Corto Maltés. Desconfianza que tuve que tragarme tras ver Bajo el sol de medianoche. Sobre todo, la versión en blanco y negro. ¿Les costó digerir la responsabilidad de enfrentarse a un reto así?

Juan Díaz Canales: Éramos conscientes de esa responsabilidad. Pero me enfrenté al reto con un punto de inconsciencia. Era necesario, porque es un personaje tan relevante que si no te aíslas un poco estás condenado a bloquearte. Además nos llegó en un momento profesional, con una trayectoria detrás, que nos dio cierta seguridad para acercarte al personaje.

Rubén Pellejero: Hicimos una desconexión total del exterior. Éramos conscientes de lo que suponía retomar este personaje, de la carga anímica que traía consigo un trabajo así, observado de cerca por todos los seguidores de Corto. Así que decidimos mantenernos al margen para que no nos afectase a nivel creativo, manteniendo el proyecto en silencio.

P: ¿Cómo llega a sus manos el proyecto?

JDC: Estas cosas solo pasan por azar. Si lo planificas no salen ni de broma. Conocía a la persona que gestiona los derechos de la obra de Hugo Pratt, porque era la editora de Blacksad en Italia. Sabía de mi pasión por Corto, así que cuando decidió dar el paso y retomar el personaje, afortunadamente pensó en mí. Y cuando me preguntaron con quién me gustaría cerrar el equipo artístico propuse a Rubén.

P: Complicado dar con alguien más idóneo para este cometido.

JDC: Imposible. Tiene muchos puntos en común con Pratt. Además, trabajar juntos era un sueño que acariciábamos desde hace tiempo. Si la oportunidad surge además con Corto Maltés, pues es un auténtico regalo.

P: ¿Qué relación previa tenían con la obra de Hugo Pratt y con el personaje?

JDC: Es el culpable de que me dedique a esto. La lectura de las historias breves de Corto supusieron para mí el descubrimiento del cómic adulto, el cómic como un medio muy económico en cuanto a medios que te brinda una cantidad de posibilidades expresivas infinitas con las que poder contar lo que te propongas, ya sea algo social, narrativo, poético... Y todo eso lo descubrí con Pratt.

RP: Mi relación con Hugo Pratt era incluso anterior a Corto Maltés. En la época de mi aprendizaje, antes de las primeras aventuras de Corto, ya conocía a Pratt como un autor innovador. La verdad es que a Corto llegué tarde porque aquí se publicó con mucha demora. Pero mi relación siempre fue más desde una perspectiva gráfica que literaria. Su esquematización del blanco y negro es algo que me marcó en su momento.

P: A la hora de enfrentarse al personaje desde un punto de vista gráfico, ¿pretendieron ser fieles al original? ¿Hasta qué punto se permitieron dejar su impronta?

RP: Este es uno de los puntos más delicados. Teníamos que reencontrarnos con el lector de Corto Maltés, tenía que encontrarse con algo familiar. Pero la reinterpretación tenía que estar hecha con mucho tacto. No puedes olvidarte de los parámetros fijados por Pratt, tenía que conservar algunos elementos suyos y mezclarlos con los míos propios. En mi caso fue como volver a mis inicios, porque soy de la misma escuela que Pratt. Todo en su justa medida, porque no quería que fuese un Corto visto por Pellejero ni una copia de Pratt. Eso sería un error. Tienes que pillarle el atractivo original, porque si no solo te sale un marinero con patillas. Pero Corto es mucho más que eso.

P: ¿Y a qué Hugo Pratt quiso conservar? Porque poco tiene que ver el de La balada del mar salado con el de Mu.

RP: Hay tres etapas diferenciadas, y fue la intermedia, la de Venecia, Siberia... la que más me interesó. Y la que menos la última, la que es la más personal. No podía retomar a Pratt en aquel momento, incluso como señal de respeto.

P: Muchos pensamos que se retomaría la aventura en la Guerra Civil, tras la desaparición de Corto...

JDC: Si lo piensas no es tan buena idea. En el tema de la muerte, como en el amor, Pratt siempre fue muy ambiguo. Y esa falta de datos, de concreción, funcionó siempre muy bien. Si acompañas su relación con Pandora con imágenes explícitas rompes el encanto que tiene. Y con su muerte o desaparición pasa lo mismo, se destruiría la leyenda. Empezar ahí, por el ocaso del héroe, sería extraño. Quedaba todavía mucho hueco biográfico que rellenar, así que preferimos llevar nuestra aventura a 1915.

P: Y rellenando esos huecos, ¿hasta que punto han sido cuidadosos con mantener la coherencia con las historias anteriores?

JDC: El encargo que recibimos no era hacer un libro, sino retomar el personaje y todo el universo creado a su alrededor. Eso implica ser terriblemente escrupuloso con todo lo que ya estaba escrito.

P: Como hacía Pratt, han introducido numerosos personajes reales en la historia. ¿Fue dura la labor de documentación, que era uno de los fuertes de Pratt?

JDC: El problema con el que me he encontrado a la hora de documentarme fue casi el contrario al que podría tener Pratt. Él tenía una biblioteca de decenas de miles de volúmenes, era un gran viajero... Pero ahora, con el acceso que tenemos a la información, el problema es limitar la cantidad de datos que puedes llegar a manejar. Llegado el momento me di cuenta de que tenía demasiada información, que no cabía todo y había que seleccionar.

P: ¿Tienen ya pensado por dónde irán las próximas aventuras?

JDC: Pensado está, porque ya estamos trabajando en el siguiente álbum. Volveremos a aprovechar el camino trazado por Pratt. Hizo una biografía muy completa, pero fue saltando en el tiempo. Nosotros nos tomaremos esa libertad también.

P: ¿Qué tiene Corto Maltés para haberse convertido en un icono cultural?

JDC: Quizás sea una mezcla. Lo tenemos muy asociado a las aventuras románticas, a los viajes y demás. Pero combina eso con una visión del mundo muy inteligente, muy actual. Te encuentras en sus historias continuamente la dialéctica entre lo individual y lo colectivo, nos habla de conflictos que todavía no están cerrados. Y todo haciéndote soñar con mundos exóticos y aventuras increíbles.