La pasión por el vinilo no tiene límites. Hasta hay una empresa que ofrece la posibilidad a todos los fanáticos de este formato de prolongar su vicio más allá de la propia muerte. En andvinyl.com se encargan de proporcionarle al difunto coleccionista una última pieza para su afán acaparador. Elaboran discos con las propias cenizas del fallecido (o de una mascota), de modo que, por unas 3.000 libras los familiares del finado podrán conservar sus restos y su memoria en 30 discos en los que pueden grabarse las últimas voluntades, un mensaje para los que se quedan o, simplemente, una canción. Dentro de la oferta, uno puede escoger efectos sonoros o músicas para acompañar sus mensajes post mortem, además de diseñar la carpeta del disco, para lo que cuentan con dos retratistas. En la página web marcan los pasos necesarios para organizar semejante sepelio, como escoger a un testaferro que se haga cargo de la recogida de los discos, y otra serie de requisitos imprescindibles, algunos no del todo apetecibles, como le hecho de tener que morirse para disfrutarlo.