«Adiós a Berlín», Christopher Isherwood

FUGAS

Christopher Isherwood (centro)
Christopher Isherwood (centro) Calvin Brodie / Zeigeist Films

Cabaret, juerga, decadencia, euforia, violencia, cinismo, temor, juerga, frivolidad, desencanto y amor en años convulsos

27 ene 2015 . Actualizado a las 05:04 h.

Pese a la brillantez de su prosa, Christopher Isherwood (Chesire, Inglaterra, 1904-Santa Mónica, EE.UU., 1986) no ha pasado de figurar en la nómina de los buenos escritores de segunda fila, y se le conoce más por el filme musical de Bob Fosse Cabaret (rodado en 1972 e inspirado precisamente en la novela aquí traída, Adiós a Berlín) y por su duradera historia de amor homosexual con el joven pintor Don Bachardy que recreó el documental Chris and Don (2008), de los realizadores Guido Santi y Tina Mascara. Acantilado, consciente de esta tara y riguroso cuando pone la mirada en un autor sólido incomprensiblemente ignorado, se ha propuesto sacar adelante la obra de Isherwood: Mr. Norris Changes Trains, A Single Man, Prater Violet, Down There on a Visit y su enjundiosa autobiografía Christopher and His Kind. El sello catalán ha empezado el proyecto con el título quizá más popular y que ya había volcado felizmente al español el poeta Gil de Biedma a mediados de la década de los años sesenta del pasado siglo. En Adiós a Berlín (1939) el escritor inglés naturalizado estadounidense aprovecha la época de juventud pasada en la entonces República de Weimar -trataba rebelde de superar su privilegiada condición social familiar- en un tiempo especialmente convulso (pero también fascinante) en que en la capital se vivía con una inconsciente despreocupación mientras el auge del nazismo culminaba con su ascenso al poder. La crónica (sobre el joven Christopher) retrata con gran acierto esa mezcla de decadencia, euforia, violencia, cinismo, temor, juerga, frivolidad y desencanto con que los personajes con que se topa siguen tratando de mantenerse a flote, relacionarse -el amor, la amistad, el sexo- y, de alguna manera, quieren fingir que no pasa nada pese a las señales alarmantes que afloraban por doquier. Algo estaba muriendo.