Peleando contra los estereotipos

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

FIRMAS

MONICA IRAGO

22 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

A buen seguro la primera reacción de una amplia mayoría de padres ante la sola idea de ver practicar boxeo a su hijo de 7 años sería de espanto. Desde el Club Boxeo Arousa, en Vilagarcía, Johnny Hermida lleva 5 años trabajando para cambiar la percepción social que se tiene de un deporte del que muchos desconocen es un clásico en el programa de los Juegos Olímpicos; debutando en la edición de Sant Louis en 1904, para convertirse en fijo desde Londres 1948 en las sucesivas competiciones cuatrienales por las medallas más valiosas en los sueños de cualquier deportista.

«É un deporte minoritario, e a xente tenlle moito medo. Os pais pensan que mazamos os rapaces. E todo o contrario». Así arranca Hermida su alegato a favor del boxeo; el amateur, quede claro. Nada que ver con el profesional que se suele ve por la televisión, con mastodónticos púgiles que se zurran a tumba abierta. Aquí, como en el kickboxing infantil, los pupilos más jóvenes del responsable del Club Boxeo Arousa llevan todas las protecciones posibles, empezando por el casco.

Johnny Hermida no engaña a nadie, «este é un deporte bastante duro, e de contacto». Sobre este último punto, las categorías base son un aparte. Respecto a la dureza, destaca del boxeo que «é un deporte moi completo. Non é só o ring, como pensan moitos. Hai que facer comba, sombras, saco, correr... E traballar moito a estratexia. Cando compites tes que estar moi concentrado, para solucionar cada situación fronte ao rival». Por todo ello, Hermida se ha embarcado en una empresa: «Temos que conseguir que a xente vexa que é un deporte fermoso, aprezado en todo o mundo, agás en España».

Bajo el paraguas del Club Boxeo Arousa hai chavales desde los 7 años, la edad mínima que su responsable se ha fijado -podría coger hasta niños de 3-, a adultos que alcanzan los 62. De ellos, docena y media son menores de edad. Y algunos compiten.

Como los hermanos vilagarciano Juan y Pablo Piñeiro, que con 9 y 11 años conquistaban la semana pasada sus primeros títulos, autonómicos de kickboxing, en sus respectivas edades, después de sendos subcampeonatos en un 2013 en el que Juan lograba también la plata gallega de boxeo.

Prohibido el contacto hasta los 14

Hasta los 14 años el contacto está prohibido en las competiciones de boxeo y kickboxing, centradas en premiar la evolución técnica del deportista. En esta última modalidad, explica Hermida, «os combatentes póñense enfronte, e teñen que simular un combate, cos seus golpes e fintas, pero sen tocarse. Prémiase a técnica, a velocidade, a mobilidade...». Y en boxeo «puntúanos por catro exercicios: salto á comba, sombra -simular una pelea sin rival delante del juez-, golpeo de saco e manoplas -se lanzan los golpes a las manos del entrenador-». Desde los 14 a los 18 en kickboxing solo se permite emplear el 50% de la capacidad de golpeo, y en boxeo basta con tocar el cuerpo del rival, con los jueces controlando que los púgiles no sobrepasen los límites de potencia adaptados a su edad. Y eso, apunta Hermida, con casco olímpico y guantes de adultos.

El equipo compite también en kickboxing, con

los hermanos Juan y Pablo Piñeiro campeones gallegos