María Biempica se convierte en un nuevo ejemplo de concejal independiente (el término oficial es no adscrito) en la reciente historia local del Partido Popular. El precedente más cercano fue Pepe Rivas Fontán, cuando se puso por libre y se convirtió en un flemón para las huestes populares hasta el final de la legislatura 2003/2007.
El problema, sobre todo de imagen, es para Jacobo Moreira, jefe de filas del grupo y alcaldable in pectore, aunque siga sin ser oficialmente nominado por el partido.
Biempica estaba con un pie fuera. Pero la suya supone la cuarta dimisión en el grupo municipal del PP. Antes fueron Guillán, Begoña Laya y Celia Soto. Dejaron sus escaños por manifiesta disconformidad con la estrategia seguida por Moreira en el corrosivo contencioso de los sueldos.
La ley ampara
Las discrepancias de Biempica tienen la misma raíz, con el añadido de su voto en conciencia contra la reforma de la ley del aborto. Pero a diferencia de sus compañeros que se fueron, Biempica ha decidido continuar en la corporación. La legislación electoral se lo permite. Diferente cuestión es si el actual sistema de listas cerradas justifica que el concejal disidente retenga el escaño que ha ganado al amparo de unas siglas. Si hubiera listas abiertas, no habría dudas.