Las disculpas del PSOE a los extenientes de alcalde del BNG

FIRMAS

06 abr 2014 . Actualizado a las 06:00 h.

El alcalde de Ourense, el hombre que no respeta las normas a la hora de pagar la urbanización de su calle o los gin tonics de políticos imputados, armó la de San Quintín porque una concejala de Democracia Ourensana se pasó unos segundos de los 120 que fija el reglamento para una exposición. El hecho define el talante del regidor del PSOE. Ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. No le importa lo trascendente (la situación de caos y desgobierno que reina en el Concello) y envía a la Policía a desalojar de su escaño (en el que la colocaron los votos de los ciudadanos) a una edila por expresar su opinión. Con ser lo más grave en muchos años (como lo demuestra que tres fuerzas políticas, el 60% del electorado, abandonasen la sesión), no quisiera insistir en este espectáculo motivado por la insolvencia del regidor y que mostró, más allá de diatribas dialécticas, que no hay bandos en el PSOE municipal. Los once ediles son una piña. Los díscolos, que abandonaron el pleno hace tres meses para defender los intereses económicos de un amigo, quedaron pegados al asiento cuando había que defender el derecho de un representante electo a ejercitar su libre expresión.

Otro motivo objeto de reflexión es lo que pudo ser y no fue. El PSOE pretendía aprobar en una moción, que la Corporación «exprese as súas disculpas públicas» a dos extenientes de alcalde del BNG «pola sucesión de acontecementos que remataron coa súa dimisión». El alcalde y diez socialistas más quieren expresar sus disculpas a los servidores públicos que negociaron el contrato de los paneles publicitarios sin concurso público, por 40 años y con una empresa sin constituir. De nada vale que el Supremo, que les absolvió por una cuestión técnica, diga que la gestión de los políticos nacionalistas «debe ser estimada de prevaricadora por el apartamiento absoluto del principio de legalidad? y la inobservancia de las más elementales normas del procedimiento administrativo». La iniciativa socialista (que no pudo ir a debate por la espantada de la oposición) enciende todas las alarmas. ¿Por qué no presenta la moción el BNG, el grupo en el que militaban los afectados? ¿Por qué es el PSOE el que reivindica el proceder de dos nacionalistas? ¿Qué les deben, o que boca quieren cerrar? ¿Qué temen el regidor y el PSOE? ¿Tendrá algo que ver con la imputación por las obras de la calle Bedoya? Cuando unos servidores públicos se apartan de la legalidad, son arbitrarios en sus resoluciones y no observan las normas (Supremo dixit), no merecen disculpas públicas del pueblo de Ourense sino todo lo contrario, darlas. No me cansaré de escribir que hay cuestiones que aunque la ley no prohíba debe prohibirlas la ética, la honestidad y la decencia. Lamento que el inspector de Hacienda metido a alcalde, no comparta esta visión de pulcritud extrema en la vida pública.