Decía Josep Pla que el nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando. Pero, ¿y el localismo? ¿Cómo diablos se cura el localismo? Lo de viajar lo descartamos: Carmela Silva va todas las semanas a Madrid para cumplir con los múltiples cargos que le reportan más de 10.000 euros a final de mes y, sin embargo, cuando llega a Vigo acusa a una concejala del Bloque de pasar fines de semana «nunha cidade do norte». Habrá quien piense que esto ya es hiperlocalismo, pero no. Es mala educación y algo más.
El gobierno en minoría del PSOE está sobrado. Ahora también sobrado de votos. Desde que le dieron la patada a sus exsocios del BNG y abrazaron como compañeros de viaje a los del PP, hasta inventan códigos penales con nuevos delitos, incurriendo en lo que no pocos denominarían tics fascistoides. Lo ocurrido en el pleno de ayer recuerda aquella película en la que los trovadores Carmen Maura y Andrés Pajares pasaban de amenizar al bando republicano a ofrecer su espectáculo para los nacionales. ¡Ay, Carmela!