Baloncesto al modo europeo

La Voz

FIRMAS

02 mar 2014 . Actualizado a las 06:42 h.

Toca hablar de las diferencias que se han encontrado a la hora de entrenar. Explica Anton que en Suecia, donde el baloncesto dista mucho de ser uno de los deportes con más practicantes, prima el trabajo con la técnica individual y que se han encontrado en su club de adopción con que sí, también se insiste en ese apartado del juego pero que quizás se busca más la rapidez en la ejecución de los movimientos que su pureza estilística. En todo caso, subraya Anton que la experiencia les valdrá para sus carreras como entrenadores. Él es el único de los tres que tiene claro cuál va a ser su futuro inmediato cuando regrese a su país. Trabajará durante el verano como técnico ayudante de una de las selecciones de las categorías inferiores de Suecia.

Los momentos de esparcimiento son escasos en un día a día que tiene el baloncesto como plato principal. Es verdad que tienen las mañanas libres -salvo las de los miércoles, cuando van a los entrenamientos del Obradoiro- pero las ocupan tanto en planificar las sesiones de la tarde como en pequeñas cosas de organización del club. Y si no, al gimnasio.

De vuelta al parqué hay otro aspecto que ha despertado la curiosidad de los tres por resultar inusual en sus países de origen: la constante presencia de los padres de los jugadores en el entorno de los equipos. Dice Edgars que en Letonia están bastante más separados del día a día de los clubes, impresión que corrobora el sueco Anton. Y, también, una costumbre que los desespera: la constante falta de puntualidad de los jugadores.