Róterdam, medio siglo como laboratorio arquitectónico

X. F. REDACCIÓN / LA VOZ

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EFE

La ciudad cuenta con obras de Koolhaas, Forster, Piano y Siza, entre otros

01 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El paisaje arquitectónico de Róterdam quedó destruido en buena medida por los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial. Sobrevivieron algunos ejemplos de instalaciones industriales, como la fábrica Van Nelle, de Van der Vlugt, o edificios residenciales o sedes de navieras modernistas, pero el conflicto sirvió de tábula rasa para levantar de entre las ruinas una versión renovada de la ciudad que, además, ha servido en no pocas ocasiones como laboratorio arquitectónico. En Róterdam, por ejemplo, se abrió en 1953 la primera zona comercial peatonal de Europa, y en 1977 Piet Blom diseñó una área residencial pionera, las conocidas como casas cubo.

En este último medio siglo, Róterdam ha ido transformando su fisionomía al ritmo de los cambios en la arquitectura. Los más recientes se han centrado en el entorno del puerto, el más grande de Europa. A diferencia de otras ciudades donde se ha trasladado la actividad portuaria y el espacio liberado se dedica a usos residenciales y centros comerciales y de ocio -como el proyecto para A Coruña cuando Repsol se traslade al puerto exterior-, en Róterdam la elevada actividad económica ha marcado la pauta.

Así, Norman Foster construyó en el 2000 el World Port Centre, un rascacielos de 33 plantas y 123 metros que alberga a la Autoridad Portuaria. En el mismo año, para la empresa de telecomunicaciones KPN Renzo Piano proyectó un edificio de oficinas cuya fachada luminosa se convierte en una gran pantalla. Frente a estas apuestas en vertical, destacan por su horizontalidad las oficinas holandesas de Unilever, diseñadas en el 2007 por el estudio de Utrecht JHK Architecten.

También hay lugar a orillas del agua para los inmuebles residenciales. En el 2010 el portugués Álvaro Siza completó el edificio New Orleans, otro rascacielos, de 158 metros, que también incorpora un teatro y un cine. Comparte espacio con el World Port Centre de Foster y el Montevideo, abierto en el 2005, otro hito firmado por un estudio local -Mecanoo, de Delft- y que alberga 192 apartamentos, oficinas y comercios. Un planteamiento mixto que también hace suya la última incorporación por ahora al paisaje de la ciudad, el bloque De Rotterdam, firmado por Rem Koolhaas. Su figura monolítica domina la vista ribereña del Maas y aspira a convertirse en una ciudad en sí misma, con 60.000 metros cuadrados de oficinas y 240 apartamentos. La nueva arquitectura de Róterdam mira hacia el futuro, en este caso, con el acento puesto en la sostenibilidad.