Esto no es un remanso de paz

M. V. / E. S. / T. S. / S. A A CORUÑA / LA VOZ

FIRMAS

CÉSAR DELGADO

Numerosos cementerios de la comarca esconden conflictos de vivos

27 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La próxima semana los cementerios vivirán sus habituales días de gala de principios de noviembre. Asociados a la paz y al descanso eterno, los camposantos de la comarca esconden numerosos conflictos. Laborales, vecinales, económicos. La Voz ha hecho un chequeo a los casos más llamativos.

El cementerio de Betanzos es un habitual arma arrojadiza entre el gobierno y la oposición de esta localidad. Porque entre sus lápidas asoman sospechosas circunstancias laborales. Han pasado de atenderlo tres personas a solo uno. De aquellos, dos están retirados y otro en el paro y pendiente de una sentencia de readmisión. Se llama Juan Manuel Pérez, más conocido como Janel. Con un contrato de Grumir trabajó durante cuatro años entre sepulturas. «Eu era axudante de peón, pero estaba aquí dun xeito ilegal», dice Janel, que vio cómo de todas las denuncias presentadas por el Grumir al Concello de Betanzos exigiendo la readmisión, solo dos fueron rechazadas por la Justicia, la suya y la de una compañera.

Recogida de firmas

Algunos vecinos de Cambre también se han movilizado debido a las deficiencias que sufre el cementerio municipal. Hace unas semanas, los vándalos entraron en el camposanto e hicieron de las suyas: ocasionaron destrozos en las lápidas, se llevaron jardineras, flores e incluso alguna placa. Pero lo que más preocupa a la gente es el agua que se filtra en los nichos. «El otro día subí con una escalera y vi que la uralita que cubre este bloque estaba totalmente destrozada. Hay agujeros por los que cabe perfectamente una persona», se quejaba una vecina. De hecho, según los titulares de algunas tumbas, la acción de los vándalos fue la que ocasionó tales desperfectos: «Es que debieron estar haciendo una fiesta ahí arriba», comentaban. El agua, de hecho, se cuela por el interior de los bloques y se filtra entre el mármol y el cemento que decora y recubre los nichos más bajos. «Si es que se ven las marcas», dicen. Ante tal situación, un grupo de vecinos ha iniciado una recogida de firmas para exigir «encarecidamente» al Concello que arregle el cementerio municipal, Además de las filtraciones de agua debido al deterioro en las uralitas, los vecinos se quejan de que hay zonas en las que se queda estancada el agua ya que los desagües no funcionan bien. Hasta ahora, ya son casi 40 firmas las que apoyan el escrito.

Notas a los morosos

Mientras, en la parroquia de O Burgo no les quedó mas remedio que llamar la atención de los que no abonaban las cuotas anuales de mantenimiento con carteles sobre las lapidas. El párroco Jose dice que no es su estilo, pero se vio abocado a actuar así ante los «morosos» porque tanto el cementerio como la parroquia ocasionan unos gastos a los que hay que hacer frente. «Había moita xente da que non tiñamos referencia, ou cambiaron de domicilio, pero en canto se lles da aviso xa pagan, pero aínda quedan algúns». Hace un mes que retiraron los carteles, pero no descartan «un aviso doutra maneira» si los que faltan no asumen la cuota. En ese caso, señala que se les puede incluso prohibir el uso del cementerio. «A cota é de 32 euros ao ano por un panteón de catro nichos, e non lles pedimos máis que aboar o que lles corresponde. Se fosemos persoas razoables entenderíamos que é polo ben de todos e por ter coidado o camposanto. Pero aínda así houbo quen non entendeu e aínda hoxe se nega a pagalo».