Dios las cría y ellas se juntan

Toni Silva A CORUÑA / LA VOZ

FIRMAS

El sacerdote de Oza dos Ríos se despidió de sus vecinos con un mano a mano entre la París de Noia y la París de Oza.
El sacerdote de Oza dos Ríos se despidió de sus vecinos con un mano a mano entre la París de Noia y la París de Oza. César Delgado< / span>

La París de Noia y una formación local despidieron al cura de Oza

08 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En Oza dos Ríos pasan cosas poco frecuentes. El municipio acaba de duplicar su extensión al fusionarse con Cesuras, un hito administrativo que ha llevado a este pueblo de tres mil habitantes a copar horas de prime time en telediarios nacionales. Ayer tocó despedir al cura que regaló su servicio pastoral los último siete años. Y Oza volvió a demostrar que allí no se dice adiós de cualquier manera. El sacerdote, un animoso hombre de 37 años, confiaba en una churrascada o similar. Pero lo que se encontró fue con la París de Noia para homenajearlo. Lo dicho, Oza dos Ríos no está para convencionalismos.

Pero la historia tiene una segunda parte. Porque el sacerdote, Juan Carlos Martínez Mariño, forma parte de la orquesta París de Oza, una formación musical que ha animado numerosas fiestas y verbenas con un espectáculo en play back. «Yo solo sé tocar la guitarra -indica el cura-; pero te imaginarás que en la París de Oza puedes tocar todos los instrumentos».

La París de Oza y su matriz noiesa llevan años intentando juntarse sobre un escenario. Y no hay lugar como Oza dos Ríos para fraguar fusiones. Así se anunció con grandes carteles con los que se empapeló la comarca en las últimas semanas. «El duelo más esperado, lo nunca visto, lo irrepetible, gran mano a mano», rezaban los anuncios. Y el histórico momento se inició a las ocho de la tarde de ayer en el pabellón municipal de Oza dos Ríos ante un público entregado por su cariño al cura y por su pasión a ambas orquestas.

El evento también ha sido especial para la París de Noia. «Genma, nuestra cantante, es de Oza, y su padre actúa en al orquesta de aquí», explica José Antonio Blas, inconfundible rostro de una de las orquestas más famosas. «Tenemos muy buena amistad entre las dos orquestas y ya era hora de que pudiéramos juntarnos en un escenario».

En una noche emotiva, el sacerdote volvió a explicar a los suyos el porqué de su marcha. «Fui yo quien pidió el traslado, me voy a Cuntis. Cuando llevas mucho tiempo en un sitio te acabas aburguesando», explica Juan Carlos Martínez, quien aseguró que la fiesta se organizó a sus espaldas por parte de sus compañeros de la París de Oza. «Vi los carteles, esto es mucho, demasiado». El sacerdote ya formaba parte de la orquesta en el 2007, cuando después de mucho tiempo de silencio y unos bolos aislados, iniciaron una gira llamada «Resurrección». «Despedirme de aquí de esta manera es increíble porque yo soy de Noia, veía a la París cuando era niño en las fiestas de mi pueblo, más no se puede pedir», añade Juan Carlos, que protagonizó ayer una completa agenda que se inició con una comida homenaje en el lugar del concierto.

En los últimos días ya se ha instalado en Cuntis, donde llevará tres parroquias y no descarta formar otro grupo musical. Lo único que tiene claro es el nombre, París de Cuntis.

Los carteles anunciaron la fiesta como «el duelo más esperado»