La eterna espera de la ría

P. Blanco / C. Porteiro A CORUÑA, BRUSELAS / LA VOZ

FIRMAS

CESAR QUIAN

O Burgo lleva años clamando por una regeneración. El informe de los eurodiputados también se retrasa. Ellos explican por qué

22 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La ría de O Burgo está cansada de esperar. Quienes trabajan en ella han visto menguar el área productiva y los trabajadores: del 95 % con 2.100 personas en los ochenta, al 22 % y menos de 130 ahora. Hace años que la Plataforma en Defensa da Ría y la Cofradía piden una regeneración: llamaron a las puertas de la UE porque se sienten desatendidos por la Xunta y el Estado. En febrero, varios eurodiputados chequearon in situ la sucia ría: su informe debía estar listo en mayo. Aún no lo está hoy.

¿Por qué vinieron a O Burgo? La Comisión de Peticiones es un ente que da respuesta a un derecho fundamental recogido en el Tratado de la UE: el de petición. Es decir, el derecho de cualquier ciudadano a emitir una queja o una propuesta. La misión de la comisión es velar por que existan soluciones para ese problema: en este caso, los lodos. Así, puede organizar visitas de investigación y es una de estas la que trajo al conservador francés Phillipe Boulland a O Burgo, así como a la ecologista letona Tatjana Zdanoka; y a la liberal austríaca Angelika Werthmann. Los tres son los responsables del informe que ha de emitirse, pero en su recorrido por las rías gallegas (también viajaron a Ferrol y Vigo), les acompañaron, además de traductores, los eurodiputados Millán Mon (PP), Carlos Iturgaiz (PP), Sánchez Presedo (PSOE), Ana Miranda (BNG) y Willy Meyer (IU).

¿A qué atribuyen los eurodiputados el retraso en su dictamen?

Son tres los asuntos que han ido postergando el dictamen que ahora tienen que hacer. Uno es la incorporación en el informe de lo que vieron en Ferrol. La visita solo incluía, de manera oficial, el recorrido por Reganosa. Así que Boulland y los conservadores argumentan que, si eso era lo pactado, no hay que incorporar lo que se vio en la ría que rodea a la planta de gas. Pero Zdanoka y Werthmann no opinan lo mismo, porque consideran que es consecuencia directa de lo otro. «Tenemos problemas de procedimiento, pero nosotras no podemos ceder más, la nuestra es una posición muy equilibrada», dice Zdanoka y coincide Werthmann. Pugnan por incorporar sus versiones. «Es cierto, ha habido una gran demora. Podría haber escrito un breve texto, sin tiempo y sin reflexión. Pero esa no es mi idea de la política y analicé todos los documentos. He aceptado todas las demandas de mis compañeras, pero estoy convencido de una cosa: los hechos objetivos», alega Boulland, apelando a que, como jefe de la delegación, ha de respetar lo acordado antes de la visita. Acusa a sus compañeras de «obstruir el proceso».

El segundo asunto que genera disparidad es la reprimenda a las administraciones o autoridades: el conservador francés tiene un visión más condescendiente con los esfuerzos hechos en saneamiento. Ellas, menos. La tercera clave del retraso es, en palabras del conservador, «un error administrativo lamentable en la traducción del documento que presenté hace varios meses [aún no se tradujo a todos los idiomas]. La gestión de la Administración es mala y tuvimos que esperar varios meses. Es triste y, créanme, yo también estoy consternado por el retraso». Por su parte, tanto Sánchez Presedo como Millán Mon lamentan la dilación. El primero pide flexibilidad y amplitud de miras a las partes. El segundo asegura que no es comprensible el «ineficiente funcionamiento» de la secretaría, a la que pide explicaciones: «No puede ser que se demore tanto el informe porque se quede sin fondos para costear la traducción del documento».

¿Para qué servirá el informe? El debate que aprobará o no el informe se ha retrasado ahora al 17 de octubre. El expediente incluirá decisiones no vinculantes, es decir, solo recomendaciones a las autoridades con el fin de que garantizar que los fondos europeos se usen bien. Porque, en teoría, las rías deben estar saneadas en el 2015. La Comisión de Peticiones elevará su dictamen a un organismo superior para que este actúe. De una vez por todas.