Vuelos y congelados

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

FIRMAS

21 sep 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

En diez días, comenzará la decimoquinta edición de Conxemar, una feria que va camino de lo heroico. Porque tiene mérito reunir a 400 expositores de 36 países ante la crisis que atraviesa el sector. Por solo recordar tres hitos, en el último año hemos visto al gigante Vieira en suspensión de pagos, a Pescanova al borde de la disolución y Frigoríficos del Berbés en llamas.

Solo contando estos tres palos, es asombroso que el sector se tenga en pie y esté para ferias. Aunque no debemos olvidar que todos estos reveses responden a problemas financieros derivados de la falta de crédito, unidos a cierta audacia, rayana en la temeridad, de los tiempos de bonanza.

En ningún caso obedecen a que no exista en la ría de Vigo un brillantísimo saber hacer en el sector del congelado. Que Conxemar resista, y aún avance, parece entrar en el terreno del milagro. Sobre todo, tras la maniobra operada en Barcelona para contraprogramar su feria Seafood en las mismas fechas que la ya consolidada muestra viguesa. Ante esta amenaza, buena parte del éxito vigués, con toda la superficie expositiva contratada, se debe a que sus organizadores han sabido salir a captar el mercado internacional. El número de empresas extranjeras presentes en el Ifevi crece en esta edición.

Pero no solo contra la crisis propia del sector ha tenido que luchar Conxemar este año. Sino para conseguir la llegada misma de expositores y visitantes. Porque, hasta hace poco, contábamos en Peinador con un aeropuerto que ofrecía servicio de cafetería. Mientras que ahora tenemos una cafetería que, en contadas ocasiones, ofrece servicio de aeropuerto.

Así que la organización de Conxemar ha decidido fletar autobuses a Lavacolla y al Sá Carneiro, al objeto de traerse a Vigo a los participantes en la feria. Con el aeropuerto de Oporto, tal vez el refuerzo sea innecesario. Existe cinco frecuencias diarias, operadas por la empresa Autna, que lo comunican con la estación de buses de la avenida de Madrid, entre las 4.30 y las 20.00 horas. Pero con el aeropuerto de Santiago no existe transporte directo posible.

La Xunta se gasta un dineral en subvencionar a Ryanair, pero se olvida de crear un servicio de autocares gallego. Así que Conxemar ha tenido que meterse a transportista y fletar autocares, al menos si quiere que venga alguien a la feria. Pero lo más curioso es que aquellos visitantes llegados de China, Yemen o EE.UU, países todos presentes en la muestra, tendrán que pasarse dos horas en autobús para alcanzar Vigo después de aterrizar. Y descubrirán luego, suponemos que asombrados, que hay un aeropuerto delante de sus narices, a solo cien metros del recinto ferial donde se celebra el evento.

No va a ser fácil explicar a nuestros honorables huéspedes qué tipo de política de transportes se sigue en nuestro país. Donde te tiras más tiempo haciendo turismo en autobús que volando, dependiendo de las subvenciones públicas que reciban unos aeropuertos u otros... Ayudas, por otra parte, completamente arbitrarias. Es seguro que, cuando vean Peinador, ahí al lado y sin poder usarlo, nuestros visitantes se quedarán helados. Por fortuna, no desentonarán en una Feria Mundial del Congelado.

eduardorolland@hotmail.com