«Los curas más modernos no progresan en la jerarquía»

Elena Larriba García
Elena Larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

RAMON LEIRO

14 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Sería un buen obispo, aunque cree que los curas más modernos no suelen progresar en la jerarquía de la Iglesia. David Dosantos (Cesantes, 1983), párroco de Gaxate, Xende, Xesta (A Lama) y Forzáns (Ponte Caldelas), se ha ganado el cariño y la admiración de sus feligreses, que lo adoran. Es técnico en electrónica y realizó sus estudios eclesiásticos en la Universidad Pontificia de Salamanca. Viste bermudas y polo de rayas, lleva el pelo engominado con cresta y se comporta con la normalidad de un joven de 29 años.

-¿Qué hace un técnico en electrónica metido a cura?

-Desde pequeño estoy muy metido en la Iglesia, fui monaguillo y siempre quise ser cura, pero sabía que era una carrera difícil. En EGB no era un estudiante demasiado bueno y cuando acabé esa etapa, el seminario no me gustaba y decidí estudiar electrónica. Más que nada si me salían mal las cosas para seguir el camino del sacerdocio. Y cuando me dieron estas parroquias una de las cosas que hice fue electrificar las campanas de las iglesias para que sonarán de forma automática.

-Los feligreses le hicieron una gran fiesta cuando cumplió un año como párroco. ¿Qué les da para que le quieran tanto?

-Soy un chico normal y corriente y así lo transmito. Tengo un función especial, como cualquier profesión que ayuda a las personas, con sus peculiaridades. Pero en el fondo no dejo de ser un chico de 29 años.

-La suya fue una vocación temprana. ¿Quiere decir que nunca tuvo novia?

-Bueno...Poca cosa, porque siempre estaba en la Iglesia. Alguna atracción hubo, pero eliges lo que te hace más feliz y mi sueño era ser cura.

-¿Un pecadillo confesable?

-Soy muy goloso. Me encantan las chuches y los dulces.

-Me han dicho que la noche de San Xoán hizo alguna trastada.

-No, no. Celebramos la fiesta de San Xoán y al terminar me fui a dormir. Lo que hayan hecho después los demás, no lo sé.

-Creo que es muy aficionado a montar a caballo.

-Tengo tres, hacemos rutas cabalares y alguna vez he ido a dar misa a caballo. En realidad, me gustan todos los animales. En la casa tengo chinchillas, tortugas, perros y también abejas.

-¿Qué tal se lleva con los políticos? ¿Es cierto que hay piques entre PP y PSOE por su amistad?

-Me llevo bien con todos, al margen de las ideologías. Quique Vaqueiro, del PSOE, es mi amigo, y el alcalde, Jorge Canda, del PP, también. Acudo a uno y a otro cuando necesito según que cosa. Algún pique puede haber, pero me llevo bien con todos.

-Mar, río, piscina. ¿Dónde suele bañarse en verano?

-Mi familia es marinera, mi padre aún ejerce de patrón y a mí encanta la pesca, en superficie y submarina. Cuando puedo hago una escapada a la ría de Vigo. Lo mío es el mar, pero la montaña también tiene su encanto.

-¿Cómo son sus homilías?

-Me dirijo a mis feligreses por su nombre y aplico el Evangelio a situaciones diarias. El otro día a Áurea se le quemó el coche porque no tenía agua. Después le dije en la iglesia que, igual que hay que llevar el coche a revisión, de vez en cuando también hay que pararse a revisar nuestra vida interior de la fe.

-¿Se definiría como un cura progresista?

-Depende de lo que se entienda por progresista. La Iglesia tiene que abrirse, pero no todo vale y hay cosas que hay que cuidar. Yo cuido mucho la liturgia.

-¿ Le gusta el papa Francisco?

-Aún lo estamos conociendo. Parece más abierto que el anterior y un poco menos que el segundo anterior. Para llegar a papa, muy progresista no se puede ser. Veo que los curas más modernos no progresan en la jerarquía. La Iglesia necesita abrirse de abajo arriba, empezando por los feligreses y siguiendo por los curas, obispos, arzobispos y cardenales hasta llegar al papa.

-¿Que le diría si pudiera estar cinco minutos con él?

-Que la iglesia necesita una reforma muy grande desde dentro. Jesús es el modelo y pensemos qué haría hoy en ciertas situaciones. Él invitaba a las personas que la sociedad excluía a seguirle. Y la Iglesia tiene que aceptar a los excluidos por lo que sea, por su manera de ser o de pensar. No es solo aplicar la norma. Hay que ver los problemas concretos de creyentes que con mucho sufrimiento a lo mejor se vieron obligadas a divorciarse o incluso a abortar.

-¿Eso incluye a los gais?

-Si son así será por algo. Hay que intentar entendernos y no arrinconarlos. Hay muchos creyentes practicantes en grupos parroquiales y coros que son gais. Incluso hay sacerdotes. Sin embargo, tienen que estar en un submundo. Como si ignorándolos se solucionara el problema.

David dosantos gómez párroco de gaxate, xende, xesta y Forzáns

cuatro sorbos de...

TIEMPO DE VERANO