El 100 % de aprobados en prisión

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

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CAPOTILLO

El único alumno de la escuela Nelson Mandela que se presentó a la selectividad logró un 6,42, tras tener un expediente académico de ocho

26 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La escuela Nelson Mandela, en la prisión de A Lama, logró un pleno en los aprobados de selectividad. Y es que el único alumno que se presentó, superó la prueba de acceso a la universidad (PAU) y goza en su expediente de un 6,42, que le permitirá acceder a Traballo Social, aunque para el ministro de Educación, José Ignacio Wert está por debajo de lo «aceptable» para recibir una beca.

Sus profesores reconocen que se esforzó. No solo en los exámenes, sino a lo largo de todo el curso. Marta García Prol, profesora de Ciencias, asegura que su conducta le ha valido una buena nota en la selectividad y el premio al mejor alumno del centro de educación de adultos Nelson Mandela -recibe este nombre en honor del ex presidente sudafricano que padeció 27 años en la cárcel y que se reincorporó a la vida dejando a un lado el rencor-. «Su media era de ocho, era el mejor de todos porque se lo tomaba muy en serio», recalca la docente, quien ayer se despidió de él. A media tarde abandonó A Lama hacia el centro de inserción social Carmen Avendaño, de Vigo, donde estará en tercer grado.

Su inminente salida tuvo mucho que ver con los buenos resultados académicos. Las ansias de superación le llevaron a sacar curso por año, mientras sus compañeros de clase lo hacen en el doble de tiempo. «Si aún les queda condena, no se apuran en aprobar», añade la docente de Ciencias, que pese a estar en la cárcel, asegura que el trato es correcto y no suele haber problemas. Trece profesores imparten clase a 550 matriculados (de los más de 1.800 reclusos) de 50 países. La opción de estudiar está abierta a todos, pero la capacidad del centro les obliga a hacer una selección.

El director de la escuela, Juan Carlos Vilar, hace la selección. Desde los de primer grado a los que están en régimen de aislamiento, todos tienen acceso a estudiar alguno de los tres niveles de la educación para adultos. Los profesores no saben qué delito han cometido para pagarlo con la privación de su libertad. Para ellos son todos iguales. «No nos viene en la ficha, pero si vemos que en su comportamiento puede haber algún riesgo, preguntamos a Seguridad», explica García Prol. Los profesores coinciden en que el trato suele ser respetuoso y los altercados casi inexistentes. El alumno que accederá a la universidad era uno de los mejores. Tampoco conocían qué delito cometió. Al premio recibido por el equipo docente, este recluso suma ahora un vehículo. «Díxonos que a familia lle regalaría un coche, ainda que ten que sacar o permiso de conducir», explica Francisco Suárez, profesor de Lingua e Literatura Galega. Los profesores que ayudaron a este joven recluso en su último año tuvieron ayer la oportunidad de despedirse. Se va a Vigo, pero ahora es ya una cuestión personal. Quieren saber si su sueño de estudiar Traballo Social se convierte en realidad. Le seguirán la pista lejos de prisión.

El recluso le contó a sus profesores que su familia le regalará un coche

Pasó ayer al tercer grado en el centro de inserción social Carmen Avendaño