El gobierno de la capital sigue su lento deterioro (esta semana un nuevo edil, Rodríguez Penín, se sumó a la lista de concejales pendientes de la justicia) ante la impasividad de un alcalde, Agustín Fernández Gallego, más dado a mantener prebendas personales (sean familiares o de jefas del PSOE) que a solucionar los problemas de Ourense. Pudo salir malparado el 9 de mayo cuando el BNG salvó su reprobación fiándose de vagas promesas verbales de regeneración. Esta semana, el Bloque amenazó con censurar al regidor por no cerrar la crisis de los «gastos impropios» y éste se limitó a pedir tiempo. Sabe, quizás influenciado por los mariachis de Palmés (lugar en el que celebró con alcohol pagado por fondos públicos la imputación de su antecesor), que en esto de la política vale lo del corrido mexicano «No me amenaces». Imagino al alcalde con traje charro y sombrero de ala ancha cantándole al portavoz del BNG: «No me amenaces, no me amenaces / si ya fue tu destino olvidar mi cariño / pues agarra tu rumbo y vete / pero no me amenaces, no me amenaces / ya juega tu suerte, ahí traes la baraja / pero yo tengo los ases». Así está el gobierno de Ourense. Con el BNG amenazando con romper la baraja de la mayoría estable y con el PSOE mostrándole los ases (los contratados nacionalistas digitales que perviven en el Concello) y canturreándole: «Porque estás que te vas / y te vas, y te vas, y te vas / y te vas, y te vas, y no te has ido / y yo estoy esperando tu amor / esperando tu amor, esperando tu amor / o esperando tu olvido». A la ciudad le urge que los nacionalistas aclaren su amenaza y le digan al regidor si tiene que esperar su amor o su olvido. De momento, en la comisión de pleno, ya votaron tan unidos como en los días de vino y rosas por lo que se intuye que el corrido agustiniano les suena a los nacionalistas a música celestial.
La frase «No son meras infracciones sino una actuación arbitraria e injusta, comprometiendo económicamente al organismo público al disponer de bienes de dominio público en favor de una empresa ni siquiera constituida». Es de la Fiscalía del Tribunal Supremo en el recurso de casación presentado contra la exculpación de tres de los seis implicados en el denominado caso de los paneles del Concello de Ourense. La vista en el Supremo, el próximo día 20, pondrá punto final desde el punto de vista jurídico a la actuación de unos servidores públicos que fue tildada ya por tres magistrados ourensanos de «farragosa, confusa y notoriamente incorrecta».
A Ponte 8.000 euros es lo que la edila Ana Garrido ofreció como aportación del Concello a las fiestas de A Ponte. El dato es un insulto a un barrio que representa el 40% de la población de la capital. Mientras sobra dinero para el festival Pórtico del Paraíso en el que un amigo de la edila se embolsó 17.000 euros, tan sólo hay 8.000 para las fiestas más populares y populosas de la capital.