«La libertad de expresión molesta, para eso está»

Eduardo Eiroa Millares
Eduardo Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

FIRMAS

GUSTAVO RIVAS

El dirigente advierte de que la crisis se está traduciendo en Europa en un peligroso recorte de los derechos humanos

19 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

No son los mejores tiempos para los derechos humanos, pero Esteban Beltrán Verdes (Madrid, 1961) se muestra optimista, o una mezcla entre eso y cierta dosis de diplomacia que se ve que al director de Amnistía Internacional (AI) en España se le ha ido pegando tras muchos años de batalla dialéctica por medio mundo. La ONG celebrará los próximos días 27 y 28 su asamblea nacional, con más de 300 asistentes, en la facultad de Informática de A Coruña.

-La ONU, la diplomacia de los Estados, las alianzas de civilizaciones... ¿Qué no funciona para que tenga que existir AI?

-Es el mismo motivo por el que hace falta la sociedad civil. Los derechos humanos son demasiado importantes como para dejarlos en manos de los gobiernos. Amnistía es una herramienta para vigilar y para que la sociedad se movilice. Una sociedad civil potente, movilizada y con objetivos claros es mucho menos susceptible de sufrir los abusos del poder.

-¿Qué le pasa al poder que tiende a abusar?

-No es una tendencia natural, no hay determinismo, sino decisiones que se toman. También tiene la capacidad de ayudar, como por ejemplo la política europea sobre la pena de muerte. Es cierto que en Europa también hay una política de inmigración que vulnera los derechos de las personas. El poder a veces facilita los derechos y a veces los viola, pero no soy catastrofista. Pensando en perspectiva, en los últimos 50 años, ahora tenemos un cordón umbilical para toda la humanidad que son los derechos humanos. No es un concepto ético, sino legal. Hace 52 años solo 16 países habían abolido la pena de muerte. Hoy son más de 140. De todos modos la lucha por los derechos humanos nunca se acaba.

-Hasta no hace demasiado muchos pensaban que la lucha por esos derechos era algo de África.

-La gente, también en Europa, está viendo que sus derechos nunca están garantizados si no se pelea por ellos. Nunca se llega a Ítaca.

-Parece que la crisis hace prescindibles muchos logros.

-Es un problema de indefensión. Si te torturan, puedes ir a un juez a que te amparen, pero si te echan de tu casa, no. A diferencia de Alemania o Francia, la salud y la vivienda no son derechos fundamentales recogidos en la constitución.

-¿Cuántos pasos atrás se han dado en España?

-Con la exigencia de tarjeta sanitaria a los inmigrantes ilegales se ha retrocedido una década. El derecho a la vivienda siembre fue un problema en España, lo que ocurre es que ahora se ha agravado. También detectamos una creciente impunidad en el uso de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad.

-Hablando de libertades, los hay que últimamente solicitan, desde el Gobierno, recortes en la libertad de prensa y en el derecho de manifestación.

-Estamos muy preocupados por la estigmatización de movimientos sociales acusándolos de terrorismo o nazismo. Eso es intolerable. Amnistía exige que cese el ataque a los afectados por la preferentes y a la PAH.

-Parece que a algunos no les gusta determinado tipo de protesta.

-La doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la libertad de expresión y los altos cargos públicos dice que, por el hecho de serlo, tienen que aceptar la libertad de expresión molesta. Las protestas son para molestar, eso es parte de la libertad de expresión. No puedes hacerlas en silencio o de forma que no molesten. Eso, hasta ahora, no se ha restringido, pero estaremos atentos a la reforma del Código Penal.

-¿Y el panorama en Galicia?

-Vimos con alivio que se diera la tarjeta sanitaria a todo el mundo. Habrá que evaluar cómo va. Y estamos preocupados por las políticas sobre violencia doméstica.

Esteban Beltrán verdes Director de amnistía internacional