Es piloto de aviación, echa de menos poder tocar el violín y aspira a traer a la ciudad «músicas distintas»
14 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Anuncia una «paella musical», una mezcla de obras clásicas y contemporáneas, de la que disfrutarán «la orquesta y el público, todos tomarán de la misma paella», apuntaba ayer Dima Slobodeniouk, nuevo director de la Sinfónica de Galicia para los próximos tres años. Nacido en Moscú, dentro de un mes cumplirá 38 años, vive en Finlandia y lleva trece dirigiendo.
-¿Ha sido difícil negociar con usted para que dirigiera la OSG?
-No, nada difícil. La orquesta me gustó mucho cuando vine a dirigirla en el mes de noviembre. Me sentí muy bien.
-Había dicho que fue un flechazo.
-Me gusta mucho ese símil. Es lo que ocurre entre dos personas, el primer momento es algo especial y luego vas creciendo. Para mí es muy importante ir creciendo juntos.
-En el concierto de noviembre, algunos aficionados torcieron el gesto al ver que venía como sustituto y luego triunfó. ¿Pasará lo mismo ahora?
-Soy optimista. Espero tener una buena relación con el público, porque no se puede dividir orquesta y público y con la orquesta me llevo bien.
-Se formó en Moscú como violinista. ¿Sigue tocando?
-No tengo tiempo apenas. Lo echo de menos y lo sigo teniendo en casa. Tuve que elegir: el momento que tengo libre lo uso para otras aficiones que no tienen nada que ver con la música.
-¿Qué aficiones?
-Soy piloto de aviación, que es mi gran pasión. Salgo en bicicleta y hago fotografía, que me gusta mucho. Y bailo... (risas).
-¿Vivirá en A Coruña?
-Estoy pensándolo, pero el primer año en principio no. Voy a ver cómo van las cosas. Dependerá de cómo estén organizadas las semanas en la orquesta. Tengo que pensar en mi familia porque tengo un niño de siete meses. Trataré de pasar aquí el mayor tiempo posible.
-Su fichaje era para la proyección internacional de la OSG. ¿Cómo lo hará?
-La orquesta dentro de sí ya es muy internacional, los músicos son de muchas nacionalidades. Lo que quiero es enseñársela al público en Europa, que se vea fuera, y lo quiero hacer con giras. Las giras hacen que se cree un vínculo, una manera de trabajar, que hace que luego la orquesta trabaje de una forma distinta. Esto se tiene que planificar con tiempo, así que se hará, pero más adelante.
-¿Qué está planificado ahora?
-La temporada 2013-2014 está más o menos planificada, no al 100 %, y en eso estoy trabajando. La que empezaré a programar de cero es la 2014-2015. En el mercado musical hay que trabajar con mucha antelación. Ahora estoy recibiendo ofertas para trabajar en la temporada 2015-2016. Esto hay que tenerlo preparado y ser rápidos.
-¿Organizará la nueva edición del Festival Mozart?
-El de este año ya está planificado. Para el año que viene estamos trabajando a ver cómo se puede hacer y financiar.
-¿Qué papel tendrá Víctor Pablo como director honorífico? Es algo nuevo.
-Es una manera de reconocerle su trabajo, porque él hizo la orquesta.
-¿Va compaginar clásicos y modernos?
-La orquesta tocó ya muchos románticos, alemanes sobre todo, como Mahler, Rutter, Strauss. Sin Beethoven, Haydn o Schubert no se puede vivir y hay que programarlos. Para los músicos es muy importante tocar cosas nuevas porque cambian el chip. Cuando tocan Beethoven ya lo saben, pero si es algo nuevo te obliga a pensar, a ver cómo lo vas a tocar. Eso para un músico es muy bueno. Quiero traer músicas un poco distintas del siglo XX: rusas, españolas y escandinavas. Cuando llegué A Finlandia no la conocía y ahora la siento como propia, quiero enseñársela a la Orquesta. Esto no es solo bueno para los músicos, sino para el público. La Orquesta y el público van a comer la misma paella musical.
-¿Y las otras secciones de la OSG?
-En no muchos sitios tienen una orquesta profesional y otra joven. La próxima temporada haremos algo con ellos, que la bola siga rodando. Hay que planificar, y que todo el mundo esté implicado.